El reposicionamiento de medicamentos en la Covid-19
28 de abril de 2020
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El reposicionamiento de fármacos ya existentes para aplicaciones terapéuticas nuevas o adicionales es una estrategia habitual que se puede emplear en la lucha contra enfermedades para las que hasta el momento no existen tratamientos específicos.
La reutilización de medicamentos existentes para nuevas indicaciones tiene la ventaja de ahorrar cantidades considerables de vidas y tiempo. Al ser conocidas la seguridad y el perfil de toxicidad de estos fármacos, esta estrategia ofrece la ventaja de poder acelerar enormemente su aprobación por las autoridades regulatorias.
Lógicamente el reposicionamiento de fármacos tiene también sus limitaciones. Una de las más importantes de considerar es poder contar cantidades suficientes para tratar con ellos a un número de personas superior al que inicialmente fue concebido.
No obstante, en situaciones de crisis sanitarias, esta estrategia forma parte de las primeras alternativas que se comienzan a poner en práctica. Precisamente como ha sucedido ante la actual pandemia de Covid-19 ocasionada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
La necesidad de encontrar alternativas terapéuticas que consigan mejorar la tasa de éxito del tratamiento en esta desconocida enfermedad, acortar la estadía hospitalaria y mejorar el resultado de los pacientes ha llevado al desarrollo de ensayos clínicos que permitan reposicionar distintos medicamentos con los que se han observado algunos resultados prometedores al ser utilizados en la Covid-19.
Un ejemplo de esto lo tenemos en los antimaláricos cloroquina e hidroxicloroquina, que tras haber sido empleados en China para el tratamiento de formas graves de neumonía causadas por el nuevo coronavirus, han acaparado la atención de muchos grupos de científicos en numerosos países, a pesar de que los resultados disponibles hasta el presente no son en absoluto concluyentes.
Sin embargo, aunque en el actual desierto terapéutico para enfrentar la Covid-19 cualquier asomo de evidencia mínimamente fundamentada justifica la realización de ensayos clínicos adecuadamente diseñados para generar los datos sólidos necesarios para establecer la eficacia y la seguridad de la cloroquina y la hidroxicloroquina en esta nueva enfermedad, también es importante considerar los efectos negativos que puede traer sobrevalorar a estos medicamentos.
Una consecuencia inmediata puede ser su escasez afectando a pacientes que los utilizan habitualmente en enfermedades como la artritis reumatoide y el lupus. También se debe considerar el riesgo de que se empleen para automedicación y puedan ocurrir eventos lamentables como el que tuvo lugar recientemente y provoco la muerte de un ciudadano estadounidense tras ingerir una presentación de cloroquina diseñada para combatir parásitos acuáticos.
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