Nace Alex y Alberto cumple 40 años

3 de junio de 2022

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Luis Enrique Ramos

 

 

Mientras aguardamos por el desarrollo de un nuevo sistema tropical durante las próximas horas, la historia nos recuerda el nombre de Alberto, primer huracán de 1982, que tras su inesperada formación descargó intensas lluvias y vientos en el occidente de Cuba.
En los primeros días de junio, cuatro décadas atrás, las imágenes de satélite mostraban una extensa área de nublados sobre el mar Caribe occidental, mientras las estaciones de superficie reportaban bajas presiones en toda la región. La existencia de Alberto fue confirmada por los cazahuracanes, cuando volaron sobre el área y detectaron circulación cerrada en el sistema.
Tal y como el actual, Alberto surgió el día 3 de junio, próximo a la península de Yucatán, mientras su centro derivaba en un rumbo medio al nordeste, sobre el golfo de México. Horas después era una tormenta tropical. Su génesis se situó en una extensa zona de lluvias y tormentas eléctricas que días antes había afectado a Centroamérica, y que causó daños por 200 millones de dólares, principalmente en Nicaragua.

 

Alberto pasó al referente popular en Cuba porque al impactar con sus extraordinarias precipitaciones no se disponía de información previa sobre una depresión tropical o un ciclón en el área del Caribe. Así las cosas, no faltaron quienes creyeron que aquel organismo había sorprendido a los meteorólogos, pero hay que recordar que los medios de vigilancia meteorológica de hace cuatro décadas distaban mucho de las prestaciones de hoy, y que los modelos matemáticos y su base computacional estaban todavía en sus inicios. Por esas razones, era imposible emitir un pronóstico con la anticipación que hoy nos resulta tan correlativa.
La efímera “vida” de Alberto duró cuatro días, y se mantuvo menos de doce horas con fuerza de huracán. El 6 de junio se disipó al sur suroeste de la península de la Florida. Su movimiento por el Golfo dio lugar a una gran inestabilidad atmosférica sobre el oeste de Cuba, lo que unido al flujo con alto contenido de humedad procedente del mar Caribe, hizo estallar la clásica “bomba” atmosférica, como suelen decir algunos.
Desde entonces, el nombre Alberto se ha empleado en otros seis organismos y se repetirá en la lista de 2024. Ahora recordamos sus efectos de 1982, hace exactamente 40 años, mientras se inicia la temporada de huracanes.