Evocando una tormenta del pasado
13 de mayo de 2024
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Hace justamente un siglo, los titulares de los diarios daban cuenta de una tormenta eléctrica de extraordinaria violencia que el día anterior había azotado la localidad de San José de los Ramos, en la provincia de Matanzas. Los reportes telegráficos de la época avalan la severidad del evento, caracterizado por sus intensas rachas, pavorosas descargas eléctricas, y el desarrollo de un tornado o “manga de viento” que la Guardia Rural intentó disipar disparando sus revólveres y carabinas contra la nube.
Eran aproximadamente las cinco de la tarde cuando la lluvia y el viento comenzaron a causar daños, mientras, ocurría el fenómeno más notable de la tormenta: una densa granizada que destruyó las cubiertas de decenas de bohíos, cercenó las ramas de los árboles y provocó la muerte de cientos de aves. Un testigo asegura que algunas de las piedras heladas medían cinco centímetros de diámetro, y que después los campos de cultivo y los arbustos resultaron “quemados” por efecto del viento y del pedrisco.
Tal es el recuerdo de esta notable tempestad del mes de mayo, cien años atrás, cuya ocurrencia y desarrollo se inscriben hoy en los voluminosos anales de la meteorología cubana.
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