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El devastador 1909

11 de octubre de 2024

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Mil novecientos nueve fue un año terrible para Pinar de Río y la olvidada Isla de Pinos. Entonces, nuestra región más occidental sufrió el impacto directo o indirecto de siete sistemas ciclónicos en diferentes estadios de desarrollo. Fueron cuatro huracanes (uno de ellos de gran intensidad), más dos depresiones y una tormenta tropical cruzando sobre Vueltabajo o por los mares al sur de Guanahacabibes. Ni el Observatorio de Belén ni el recién creado Observatorio Nacional redactaban mapas sinópticos, por lo que es difícil precisar hasta dónde los meteorólogos pudieron anticipar en La Habana la proximidad de estos sistemas. Con todo, sus avisos jamás llegaban hasta aquellas remotas poblaciones. Solo los experimentados campesinos pinareños, diestros en afrontar ciclones, intuyeron de qué se trataba. Las perdidas en los campos fueron significativas, con perjuicio y ruina de cientos de vegueros. Lo que no derribó el huracán se lo llevó la inundación, en cien días de lluvia entre julio y octubre en el devastador 1909. Imaginamos las noches de horror vividas por miles de familias en Vueltabajo, horas interminables que 115 años después revivimos con la mirada de la historia.

 

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