Academia de Ciencias de Cuba. Aniversario 60
20 de febrero de 2022
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La constitución de la Comisión Nacional para la Academia de Ciencias, hace 60 años, es un acontecimiento relevante para la historia de la ciencia en Cuba, resultado del ingente movimiento que llevaba adelante la Revolución durante esa etapa histórica, tanto en lo social, lo económico y lo cultural.
Si nos volvemos a 1962, hallaremos en desarrollo multitud de planes y programas para la medicina social y rural, y una campaña de vacunación en ciernes. Además, recién había finalizado la gesta de la campaña alfabetizadora y se adelantaba la reforma universitaria. Por tanto, solo quedaba completar aquel movimiento con el conocimiento más exhaustivo del espacio geográfico del País y sus recursos naturales, así como acompañar desde la ciencia los enormes programas previstos para el desarrollo agropecuario de la Nación, línea de vanguardia en la batalla contra el subdesarrollo.
Para formar la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de eligieron diez intelectuales de reconocido prestigio a nivel nacional en varias disciplinas, liderados por el doctor Antonio Núñez Jiménez, que desempeñó una extraordinaria labor organizativa, no solo en los primeros momentos de la Comisión, sino a lo largo de los diez años en que se mantuvo al frente de la Institución. Para resolver aquellos problemas genuinamente cubanos, la Comisión Nacional comenzó por crear institutos de investigación, con lo cual marcaba sus diferencias con el esquema clásico de las academias de ciencias en otras partes del mundo. Esto prueba que se trataba de una institución dirigida a resolver problemas concretos del País.
Aquella academia de ciencias fundó muchos institutos que aún hoy permanecen en actividad, y aportan el conocimiento científico y tecnológico a nuestra Nación; tales son los institutos de Geografía, Meteorología, Suelos, el Acuario Nacional y otros tantos.
Hay que señalar además, como parte de aquel proyecto inicial, la designación del doctor Armando Hart Dávalos, entonces Ministro de Educación, para guiar desde un organismo de la administración central del Estado el proceso constitutivo y de convocatoria de la Comisión Nacional.
En cuanto al líder de la Comisión, hubiera sido casi imposible en aquel contexto histórico encontrar a alguien capaz de superarlo en la construcción de esa nueva institución, que él, modestamente, siempre calificó como “la naciente Academia”.
Sin duda alguna, las raíces de una Academia de Ciencias de escala nacional, la Academia de Ciencias de Cuba, surgen del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, el 15 de enero de 1960, donde planteaba que el futuro de Cuba tendía que ser un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento. Para nosotros, con raíces aún más lejanas que se remontan al programa del Moncada, donde ya había esbozado el ulterior desarrollo de Cuba con el concurso de la cultura, de la ciencia y la participación de todos sus ciudadanos.
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