Furé: vivo legado de nuestra identidad

14 de febrero de 2016

Por: Dinella García Acosta y Arlet Castillo González / Fotos: Thays Roque Arce

El Premio Nacional de Literatura 2015 le fue otorgado oficialmente, en la tarde de este domingo 14 de febrero, al folklorólogo, dramaturgo e investigador Rogelio Martínez Furé, en la Sala Nicolás Guillén de La Cabaña, como parte del programa de actividades de la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana.

El más importante galardón que otorga cada año el Instituto Cubano del Libro a aquellos escritores que tienen en su haber una obra literaria transcendente, le fue entregado a Furé por la importancia de su legado, tanto escrito como oral, para la cultura cubana.
Al decir de Eduardo Heras León, presidente del jurado que de manera unánime otorgó el galardón, la obra del premiado ha perseguido y logrado que los cubanos entiendan que somos herederos de todas las culturas del mundo y no de una sola.

El también fundador del Conjunto Folklórico Nacional es “sabiduría e inteligencia, un hombre que ha trazado una marca indiscutible para la conservación de nuestra identidad, para muchos una biblioteca viviente”, comentó Soleida Ríos, miembro del jurado.
Asimismo, Ríos destacó la poesía yoruba de Furé, la cual “constituyó en los años 60 una gran revelación en el mundo editorial”. Sus títulos, “Poesía anónima africana”, “Diálogos imaginarios”, “Diwán” y “Poetas de lenguas africanas”, han sido publicados en varios países del extranjero.

El acto fue presidido por Julián González, Ministro de Cultura; Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro.
En la premiación, el Ministro de Cultura hizo entrega a Furé de un cuadro del artista de la plástica Manuel López Oliva y, como se ha hecho tradición en la presente Feria, le colocó sobre sus hombros una bandera cubana.
Conmovido, el galardonado agradeció al Instituto Cubano del Libro, al Ministerio de Cultura y al pueblo cubano, “por tener el privilegio de haber nacido aquí”.

Con una memorable declamación en la lengua a la que se encuentra arraigado, Furé despidió al público presente, haciendo honor a lo que una vez dijera: “esta lengua la aprendieron mis abuelos a latigazos y hoy es nuestra. Haré lo que sea con ella. Nada podrá impedírmelo”.