Jugar para danzar en el Festival
14 de abril de 2013
|Una vez más Habana Vieja Ciudad en Movimiento, se convierte en un espacio de aprendizajes y formación. Entre las propuestas de esta edición, destaca el taller Danza lúdica, desarrollado por Rosana Padilla, psicóloga y profesora de danza mexicana que se propuso acercar a un grupo de niños cubanos al arte del movimiento a través del juego.
“A partir de este método, invitamos al niño a explorar su cuerpo, en dependencia de sus necesidades y a que empiezan a consolidar, a nivel emocional, la idea de disfrute del movimiento. Después les proponemos ejercicios físicos para fortalecer su cuerpo y más tarde los incitamos a bailar”, explica la también especialista en Psicomotricidad.
La metodología de trabajo de Rosana Padilla está sustentada en más de diez años de experiencia con niños y en el desarrollo de un estudio que lleva el nombre de Danza lúdica y que dirige en la Ciudad de México desde hace cuatro años, donde promueve la danza en poblaciones infantiles. Hasta el momento, el proyecto incluye a pequeños de dos a seis años de edad que, según explica Padilla, “están en una etapa de desarrollo y exploración en la cual interesa que vayan tomando conciencia de sus movimientos”.
El taller que imparte actualmente en Cuba, va dirigido a niños de ocho años, más conscientes de sus actos, en los que potencia el descubrimiento de maneras de hacer: “están en un momento en que todavía juegan mucho pero su pensamiento es más concreto, buscan el juego pero por el reto que representa, esa es una gran diferencia con los más pequeños y algo que sucede en ambos grupos es la importancia que le otorgan a la filiación”.
En ese sentido, les inculca la necesidad de intercambiar reglas de convivencia en las que se plantea el cuidado de ellos mismos, de sus compañeros y maestros, de los instrumentos de trabajo y el respeto entre todos. “La competencia en este periodo es muy fuerte y nuestra función es también crear valores conductuales y demostrarles que en la vida no se está compitiendo todo el tiempo”, agrega Padilla.
La meta específica del intercambio con los niños cubanos es el acercamiento a la danza de una manera desenfadada, atractiva, que les abra las puertas a un mundo desconocido y queden con la curiosidad de continuarlo conociendo, ya sea con intereses recreativos o profesionales. “Quiero incitarlos a la afiliación y al amor por el movimiento. Debido a que tenemos poco tiempo de trabajo, solo voy a desarrollar técnicas de exploración”.
“Es la primera vez que visito este país, sabía que existía el Festival pero no me había acercado y ahora finalmente me lo propuse y tuve la oportunidad de participar. Pienso que es una gran labor la que aquí se realiza, porque el evento es un punto de encuentro para los profesionales de la danza y un espacio para dar a conocer el trabajo que desarrollamos.
“Una de mis metas para el próximo año es que los niños de México que han participado en el proyecto de Danza Lúdica puedan venir a Cuba e intercambien saberes con los niños cubanos. Esto sería algo fabuloso ya que vivirían experiencias que normalmente se viven en la juventud o la adultez”.
El taller de Rosana Padilla propone el juego como otro camino para llegar a la danza y se suma, de esta forma, al resto de las experiencias que como parte del Festival Habana Vieja Ciudad en Movimiento, apuestan por el desarrollo de la danza desde edades tempranas.
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