Retrospectiva del huracán Alma
8 de junio de 2021
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El 8 de junio de 2021 recordamos el impacto del huracán Alma en el occidente de Cuba, 55 años atrás; un sistema tropical que tuvo su origen la mañana del día 4, a partir de una depresión sobre la costa oriental de Nicaragua.
El hecho de hallarse al este del golfo de Honduras, en el mar Caribe occidental, sumado a las perspectivas de movimiento para los sistemas ciclónicos típicos del sexto mes del año, avivaron entre los meteorólogos cubanos sospechas de mayor desarrollo y posible impacto en el territorio nacional. Su ulterior fortalecimiento hasta la categoría de huracán motivó la “emergencia ciclónica” decretada en cuatro de las seis provincias del país por entonces: Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Las Villas; es decir, desde el cabo de San Antonio hasta la actual Cienfuegos.
La persistencia en su rumbo al norte-nordeste llevó al centro de la tormenta sobre Isla de Pinos (actual Isla de la Juventud) en la madrugada del 8 de junio. Seguidamente, en las primeras horas de la mañana, cruzó de sur a norte sobre la provincia de La Habana. No debe olvidarse que una parte de ese territorio pertenece ahora a la provincia de Artemisa.
Al impacto destructor del viento huracanado sobre los árboles frutales y ornamentales en La Habana, se añadieron los daños en viviendas con cubiertas ligeras e instalaciones agrícolas e industriales. Un evento de mayor impacto fue la cadena de inundaciones costeras que abarcó Playa Cajío, Surgidero de Batabanó, Playa Mayabeque y Playa Rosario, causante de extensos estragos en dichas comunidades. Solo en Cajío quedaron destruidas alrededor de 300 casas; sin embargo, no hubo víctimas en ninguna localidad, pues la población había sido evacuada con anterioridad.
Para afrontar el paso de Alma, las autoridades establecieron un Puesto de Mando en la sede del Comité Provincial del Partido en la ciudad de La Habana, asignándole una misión similar a la de los actuales centros para la reducción de desastres que organiza y dirige el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.
A la sede del Instituto de Meteorología acudieron en diferentes momentos de la emergencia, cuadros y dirigentes del Partido y el Gobierno. Entre ellos, Celia Sánchez Manduley, Secretaria del Consejo de Ministros; y el Dr. Antonio Núñez Jiménez, entonces Presidente de la Academia de Ciencias.
Sin duda alguna, las acciones para el manejo de desastres al paso de los huracanes Flora (1963), Cleo (1964), y de una tormenta tropical surgida en noviembre de ese último año, aportaron experiencia al proceso de reducción de los daños causados por Alma.
En la temporada de 2021, y mientras transcurren los primeros días de junio, lo ocurrido con este huracán de 1966 ratifica que la costa meridional de las provincias de Artemisa y Mayabeque constituye un escenario de alto riesgo por surgencia en caso de ciclones tropicales.
En relación con ello, la experiencia histórica no hace sino respaldar la pertinencia de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo que fundamentan las tareas 1, 7, 8 y 10 del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático: la Tarea Vida.
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