Zacharías: curioso experimento (II)

9 de mayo de 2019

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José Reyes Fortún

 

 

Los técnicos y especialistas norteamericanos, en 1947, afirmaban que la velocidad perfecta era la de 45 rpm, sin embargo en 1948, se dieron a la tarea de fabricar discos de 33 1/3. En ocasiones, llevaron viejos discos de 78 rpm a ·33 1/3 y la diferencia era notable con relación a una matriz nueva.

En verdad las grabaciones en 78 rpm tienden a sonar en ocasiones chillonas, recordar las trompetas de la Sonora Matancera, que en discos de 33 1/3 se escuchan más suaves que en soportes sonoros de 78 rpm.

Luego vinieron los CDS y aquí si resulta notoria la diferencia entre un LP y el nuevo soporte, pues en el CD a veces una remasterización de Lp se nota algo más oscuro en la respuesta de su sonoridad, en la transferencia de discos de 78 rpm.

¿Qué puede haber sucedido aquí”? ¿A caso esto ocurre por la desigualdad de velocidades es lo que produce la inestabilidad que afecte la respuesta sonora? ¿Resulta incompatible el registro sonoro con la velocidad constante usada en las grabaciones empleadas en las grabaciones actuales, o están en disconformidad con el radio espiral invariable usado en otros tiempos en la producción de un disco?

Entonces si cabe pensar que algo similar pudiera ocurrir al transferir grabaciones del ayer a un soporte actual (CD) con diversos géneros musicales, entiéndase el Danzón, el melodioso Bolero, la alegre Guaracha, y el cadencioso Son, que, en un delicado proceso de remasterización o regrabación por sistema digital, la extensión reflectante o “bits” leídos por sistemas constantes a través de un rayo láser, desnaturalicen el sonido contenido en la curva de respuesta original.

Debe tomarse en consideración como la música popular, registrada en 78 rpm y hasta en 33 1/3 generalmente se grababa con muy limitada microfonía y consolas de limitada capacidad, incluso hasta las consolas eran ampliadas con limitadas mezcladoras.

Esto revela que, una grabación de otros tiempos llevada a soportes contemporáneos, posiblemente nunca “suenan iguales”.

Quizás algunos aspectos tratados en este estudio se acerquen al campo de la especulación.

De todas maneras vale la pena reflexionar a cerca de los registros sonoros de otras épocas llevados a soportes contemporáneos.