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Wole Soyinka

26 de noviembre de 2021

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El Premio Nobel de Literatura Wole Soyinka, de Nigeria, arribó a La Habana el 27 de mayo de 1987, invitado a presidir las sesiones del Vigesimosegundo Congreso del Instituto Internacional de Teatro, que se celebrarían en esta capital. De inmediato se percató Soyinka de la poderosa influencia yorubá en la cultura cubana, patente a través de los bailes, en la música, en el sincretismo religioso, en elementos del habla y en un sinfín de caracteres más.

Al día siguiente de su arribo, el 28 de mayo, presentó a los lectores un libro suyo que bajo el título genérico de Teatro, ofrecía una muestra de su quehacer dramatúrgico. El texto fue preparado por la Editorial de Arte y Literatura, y en él se reunía una selección de siete piezas, entre ellas El león y la joya, Una danza del bosque  y La raza fuerte.

Representante por excelencia de la cultura africana, el teatro de Wole Soyinka incorpora elementos como la música, la danza, la poesía, la fantasía y el realismo, todo integrado a través de la extraordinaria fuerza comunicativa del autor. De ahí que su teatro se convierta en una muestra y recorrido por los valores de la cultura africana.

El diapasón literario de este autor es amplio y variado. Dramaturgo, poeta, ensayista, crítico, narrador, en la tarde en que fue presentado su libro en el Palacio del Segundo Cabo, Soyinka dijo que el teatro africano en la actualidad se nutre de lo más representativo de la tradición oral, de los rituales y mitos yorubás que explican la esencia de la condición humana, al tiempo que se interesa en los problemas del hombre de nuestros días.

El visitante departió con colegas y admiradores en la Casa de las Américas, institución que lo invitara durante su estancia habanera anterior, en 1964, cuando el escritor era un joven autor de 30 años con un mundo de cosas por expresar y un talento que permitía avizorar ya en él al futuro maestro de las letras.

Como colofón de su estancia en Cuba, Soyinka pronunció las palabras de inauguración del Congreso del Instituto Internacional de Teatro, en presencia de unos 300 delegados al mismo, en acto que tuvo por sede la Plaza de la Catedral y que contó con la actuación del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba.

También se le entregó la insignia dorada de Huésped Ilustre de La Habana y se prendió en su pecho la Orden Félix Varela de Primer Grado, ocasión en que expresó:

“No acepto esta Orden en nombre propio sino en el de África en general y en el de Nigeria en particular”.

 

 

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