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Veneno animal para tratar diversas enfermedades: un nuevo paradigma

6 de junio de 2014

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Veneno animal un nuevo paradigma

Veneno animal un nuevo paradigma

La búsqueda de nuevos fármacos a partir de venenos de animales para aplicarlos en patologías como la diabetes, obesidad, cáncer, enfermedades cardiovasculares, o dolor,  es el objetivo del proyecto Venomics, presentado en Valencia y del que forman parte entidades de cinco países europeos. Este proyecto, que se inició en noviembre de 2011 y se prolongará hasta el 2014, cuenta con un presupuesto de 9,1 millones de euros, seis de ellos financiados por la Unión Europea, y supone, según han expresado sus impulsores, la “iniciativa más grande hasta el momento en este campo en todo el mundo“.

Se estima que existen actualmente unos 170 000 animales venenosos y alrededor de 40 millones de proteínas venenosas, de las que solo se han identificado unas 3 500 toxinas, algunas de las cuales podrían ser cruciales para el desarrollo de nuevos fármacos.

Los venenos son muy complejos y contienen muchas moléculas bioactivas, la mayoría de ellas miniproteínas llamadas péptidos, con propiedades farmacológicas que pueden emplearse como modelos de medicamentos. Sus “dianas celulares” están asociadas a patologías como el dolor, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares y también pueden hacer frente a desórdenes como la diabetes o la obesidad.

El proyecto tiene también como objetivo crear un banco de 10 000 moléculas sintéticas derivadas de venenos que puedan erigirse en fuentes de desarrollo de nuevos medicamentos.

Actualmente, existen en el mundo tres medicamentos que proceden del  veneno de serpientes, el antihipertensivo captopril, los fármacos utilizados para el tratamiento del infarto de miocardio tirofiban y la eptifibatinda.

La complejidad de los venenos animales -con más de mil componentes- precisa de un abordaje diferente, más ambicioso, aplicando nuevas tecnologías “ómicas” (genómicas y proteinómicas) de alto rendimiento. Los fármacos que se deriven de estos venenos tendrán, además del científico, un alto impacto social, sanitario y ecológico, y por supuesto,  también en lo económico y político.

Surgirá un nuevo modelo en la búsqueda de novedosas moléculas. Pues como expresó el responsable de Proyectos y Relaciones Institucionales de Sistemas Genómicos, “se requiere y exige un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias“.

Recordemos que…”la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

 

 

 

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