Valoración martiana de George Washington

9 de julio de 2021

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Pedro Pablo Rodríguez

 

 

En las más de doscientos crónicas martianas acerca de Estados Unidos, el jefe de las tropas independentistas de las Trece colonias y primer presidente de Estados Unidos es la personalidad de ese país referida en más ocasiones, y supera a todas aquellas cuyas vidas y actividades coincidieron con .la larga estancia de casi quince años del cubano en Nueva York.

Varias son las razones que pueden explicarnos esa relevancia de quien ha sido calificado en su país como “el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en el corazón de sus conciudadanos”. Es indudable que haber sido el líder en la pelea contra el dominio británico y de haber sido el primer presidente del nuevo estado son elementos que avalan el interés martiano por Washington, quizás el estadounidense más conocido internacionalmente antes de que aparecieran en la historia del país Abraham Lincoln y Ulysses Grant durante la Guerra Civil.

Por otra parte, las largas y cruentas guerras contra el colonialismo español, además del interés por saber de los hechos y los hombres de similar proceso en el norte del continente, más la inestabilidad política de los nuevos estados formados tras la derrota de España, lógicamente, atraían a muchos hispanoamericanos hacia la aparición de la república de Estados Unidos en el concierto de naciones, donde imperaban las monarquías.

Por eso en más de una ocasión Martí asocia a ´Washington con próceres de nuestra América como Bolívar, Hidalgo y San Martín, los tres héroes que presentó en La Edad de Oro, su revista para los niños. Sin embargo, siempre señala las diferencias del norteamericano con ellos, las que atribuye a las diferencias entre las sociedades en que se desenvolvieron. En tal sentido, del norteamericano llega a decir “que fue más la criatura de su pueblo que su creador.” Y aunque a veces lo coloca en un sitial junto a Bolívar, dada sus semejantes condiciones de jefes de libertadores, de Washington dice: “aquel hombre resplandeciente y sereno, menos infortunado que Bolívar, porque fue menos grande.” También le encuentra parecido con Miguel Hidalgo en cuanto a “serenidad y terco empuje”; rasgos también del mexicano, “pero con cierto mayor entusiasmo,”

La imagen positiva del norteamericano la hace descansar en varios momentos en su serenidad como en la batalla de Yorktown, que decidió la victoria de las colonias rebeldes, y concluye: “La grandeza serena había vencido a la tradición insolente: a Jorge III lo había vencido Washington.”

De los largos debates para redactar la Constitución estadounidense señala que en ellos “se ve resplandecer a Washington”, quien “aplacó” en esas discusiones, En otro momento describe sus “sabias palabras, que como aguas serenas de próvida fuente caían siempre de los labios de Washington.” Y le califica de “héroe sereno, a cuyo nombre se inclina la cabeza, como si fuese una criatura sobrenatural. “

En la papelería martiana aparece un grupo de notas con informaciones y comentarios suyos acerca de Washington, muy probablemente apuntes de lecturas en torno a esta personalidad.

Esos apuntes, cuyas fuentes desconocemos, reflejan la importancia dada por el Maestro a la personalidad del líder norteño.

“En sus cualidades los representa, y se funden en él todas las fuerzas que producían la revolución; pero por su juicio sereno y desinterés superior domina todas las pasiones que la perturban, que se apartan de él cuando creen seguro el campo, pero vuelven a él aterrados para que los salve del peligro en que se la han puesto.”

Sin dudas, José Martí leyó y estudió a fondo la vida, los hechos, la conducta del fundador de Estados Unidos como parte de su enorme esfuerzo por entender aquella sociedad en toda su complejidad.