Uso de medicamentos en la tercera edad
23 de julio de 2019
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Aunque el envejecimiento no es sinónimo de enfermedad, sí implica un empeoramiento del estado de salud debido al proceso progresivo e irreversible de declive fisiológico funcional que lleva asociado.
El proceso de envejecimiento se traduce en una progresiva disminución de la funcionalidad de los diferentes órganos y sistemas. Esto se va haciendo más marcado con el paso de los años, haciendo que lleguen a presentarse fenómenos de disfunción constante que implican el empeoramiento del estado general del anciano.
Entre los trastornos que van presentándose a consecuencia de la edad, cabe destacar la disminución de la funcionalidad renal, hepática, cardiaca y respiratoria, la disminución de la masa corporal y la inmunidad, las alteraciones del sistema nervioso, el endurecimiento de los vasos sanguíneos a causa de la acumulación de colesterol, el debilitamiento de los huesos que provoca la pérdida de calcio y la atrofia de las articulaciones.
El incremento del número de patologías del adulto mayor conlleva a un mayor consumo de medicamentos comparado con el adulto joven. Este aumento del consumo de fármacos convierte al anciano en un paciente polimedicado en el que las reacciones adversas, el incumplimiento de los tratamientos y las interacciones entre diferentes medicamentos constituyen un grave problema sanitario del que es preciso estar bien atento.
La polimedicación es uno de los mayores problemas en la tercera edad, ya que muchas veces los ancianos consumen medicamentos sin una clara indicación, ya sea por prescripción médica o por automedicación, y esto puede traer consigo un aumento de interacciones no deseadas o peligrosas.
Para reducir los riesgos asociados al consumo de medicamentos en la tercera edad, tanto el paciente como sus cuidadores deben mantenerse en estrecho contacto con el médico o farmacéutico para responder cualquier pregunta o recibir información relacionada con la farmacoterapia.
Es muy importante cumplir el tratamiento al pie de la letra y no tomar medicamentos que no hayan sido indicados por el médico, teniendo presente que mantener la comunicación con los profesionales de la salud es esencial para evitar problemas y proteger la salud.
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