Un músico imprescindible
11 de marzo de 2016
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Hay artistas de los que casi nunca se habla, a pesar de haber dejado una huella de sabiduría a su paso. Este es el caso de Félix Guerrero, imprescindible en la historia de la música cubana, y a quien dedicaré mi comentario de hoy.
Nacido en la ciudad de La Habana el 13 de enero de1917, y bautizado como Félix Gumersindo Guerrero y Díaz de Seyén y Lafit, desde que abrió los ojos a la vida escuchaba música, a través del violín, la guitarra y el tres que su padre tocaba en una orquesta, y desde entonces decidió dedicarse al arte delos sonidos.
Comenzó sus estudios musicales en la capital cubana, con maestros tan relevantes como César Pérez Sentenat, Pedro San Juan y Amadeo Roldán, y los continuó en la reconocida Escuela Juilliard de Nueva York. Luego viajó a París donde fue alumno de dos maestros de reconocida fama internacional: Eugene Bigot y Nadia Boulanger. Como usted puede comprobar, Félix Guerrero poseía una sólida formación académica, lo que abala su amplio espectro profesional como pedagogo, compositor y director de orquesta, que no sólo estuvieron presentes en conservatorios y orquestas, sino en la radio y la televisión, cuyos primeros pasos los dio en la entonces emisora Mil Diez, planta socialista donde trabajaron muchos músicos importantes. Luego trabajó en la CMQ con la orquesta de los Hermanos Palau y, al inaugurarse Radiocentro, no solo asumió la dirección del archivo, sino la de un programa patrocinado por la Philco. En 1950, Guerrero comienza a trabajar en la televisión, y junto a otro gran Músico, Enrique González Mántici, crea la que poco después se convertiría en Gran Orquesta de la Radio y la Televisión que, en la década de los años cuarenta de la pasada centuria contaría también con la dirección del inolvidable Adolfo Guzmán.
Pero la vida musical del maestro Félix Guerrero va más allá de lo mencionado, pues fue director del Conservatorio Alejandro García Caturla, , de la orquestas de ballet, teatro y ópera, y orquestó y dirigió obras escénicas de Lecuona, con la Orquesta de Cámara de Madrid, cuyo testimonio ha quedado recogido en fonogramas de gran valor histórico.
Un aspecto dela vida profesional de Félix Guerrero que no puedo dejar de mencionar es su incorporación, como director, a la orquesta del afamado cabaret habanero “Riviera”, allá por los años cincuenta del pasado siglo, donde tuvo la oportunidad de trabajar junto a figuras tan relevantes como Carmen Amaya. Más tarde fue nombrado director de la orquesta del Teatro Lírico Nacional. Pero la labor profesional de este maestro va más allá de nuestras fronteras geográficas, pues trabajó en los Estados Unidos, París, Madrid, Leipzic, Berlín, Polonia…
En cuanto a su catálogo de obras, Félix Guerrero cuenta con títulos como: “Concierto para clarinete y orquesta”, “Tríptico campesino”(para voz y orquesta), “Cuadros sonoros” (Para trompa y orquesta) “Suite Cubana”, “Homenaje al Sóngoro Cosongo”, y canciones para voz y piano.
Félix Guerrero ya no estáentre nosotros, pero su trayectoria musical es tan relevante, que merece ser más divulgada, sobre todo las partituras que nos legó, en diferentes formatos; incluso, muchas de sus obras vocales están grabadas en voz de quien fuera su esposa, la soprano Lucy Provedo. En todas se evidencia su amor por la identidad nacional.
Como admiradora de la obra de este artista cubano, nunca olvido incluirlas en el espacio que dirijo en Habana Radio, escrito por Ernesto Daranas: “Desde La Habana, habaneras”
Espero que el lector haya quedado convencido de que el maestro Félix Guerrero, es uno de los músicos más prestigiosos de la cultura musical cubana.
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