Un libro sobre el Grupo Renovación Musical
9 de agosto de 2013
|Estas calurosas jornadas de agosto son propicias para visitar las librerías, en busca de algún texto de gustosa lectura a la sombra. Eso favoreció hace pocos días que pudiera encontrar un pequeño volumen, con el sello de las Ediciones Museo de la Música, que aunque aparecido en 2009, hasta ahora no había podido encontrar, se trata de Grupo Renovación Musical de Cuba, compilado y editado por el musicólogo Radamés Giro.
Radamés es una de las figuras más inquietas de su especialidad en la Isla. Auténtico erudito en cuestiones de la historia musical insular, a él debemos el magno empeño del Diccionario enciclopédico de la música cubana y más recientemente, de la reedición en un volumen de La música en Cuba de Alejo Carpentier, acompañada por un conjunto de artículos y ensayos que completan la visión de este autor sobre el arte sonoro vernáculo. Este pequeño libro, es otra contribución apreciable de Giro a la profundización en una etapa poco conocida de la composición musical entre nosotros.
El Grupo Renovación Musical surgió en 1942 en el Conservatorio Musical de La Habana, gracias a la labor pedagógica de compositor y maestro catalán José Ardévol, quien supo congregar allí a un grupo de alumnos con interés en la creación, entre ellos estaban Harold Gramatges, Gisela Hernández, Argeliers León, Julián Orbón. Suy labor se prolongó oficialmente hasta 1948, aunque los creadores continuaron de manera independiente sus carreras artísticas.
Ardévol conocía el desarrollo de la música de vanguardia en la Isla, apreciaba notablemente los aportes de Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla y quería encauzar a sus discípulos hacia la composición de obras, novedosas en su expresión pero extremadamente rigurosas desde el punto de vista de la técnica compositiva, influido por la tendencia al neoclasicismo, por entonces en boga en el ambiente sonoro de Europa y Estados Unidos.
Más allá de propiciar la creación de nuevas partituras, el Grupo se propuso organizar conciertos y conferencias con carácter educativo y además, arraigar un concepto de música contemporáneo y propio de la cultura nacional y fomentar el debate “sobre los más importantes problemas de la música universal”. La entidad publicó su propio boletín, tuvo un programa radiofónico semanal y ofreció numerosos conciertos algunos de ellos considerados provocadores por el público conservador de la época.
En este libro, Radamés ha reunido una serie de textos imprescindibles para el conocimiento de Renovación, entre ellos merecen destacarse: la palabras leídas por Ardévol en 20 de junio de 1942 en el concierto de la Orquesta de Cámara en el Lyceum, que fue uno de los indicios del surgimiento del Grupo, comentarios sobre sus presentaciones públicas a cargo de Francisco Ichaso y Antonio Quevedo, la polémica estética entre Custodio y Serafín Pro, así como balances de los aportes del Renovación a nuestra historia musical debidos a Alejo Carpentier, Edgardo Martín y María Isabel Ardévol.
Una obra como esta tiene un valor inapreciable, no solo es texto de obligada consulta para investigadores, profesores y estudiantes de arte, sino que resulta orientadora para aquellos amantes de la música que deseen obtener información sobre los rasgos de ese arte en un momento singular de nuestra historia.
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