Tito Schipa
12 de febrero de 2020
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Remontémonos a los inicios del siglo XX, a la época en que el avión y el automóvil eran una novedad que hacía volver las miradas. La vida no era muy fácil, aunque tal vez menos complicada, y las gentes no hablaban de estrés, pero también existía. Por aquellos días La Habana era una plaza teatral importante en la que se detenían las estrellas (las divas y los divos) de la ópera, la zarzuela, la opereta, la comedia y demás géneros.
Una de esas celebridades que actuó para los habaneros se nombró Tito Schipa, quien debutó aquí el 16 de mayo de 1921 en la ópera Manon, de Jules Massenet. El escenario fue el Teatro Nacional, en Prado y San Rafael, y la crítica quedó muy complacida:
“Schipa es un tenor de bellísima voz y de una habilidad sorprendente. Pocos cantantes han llegado al prefecto dominio del arte como este divo. Emite con facilidad, frasea nítidamente”.
Hamlet, La traviata, Tosca, La sonámbula, Rigoletto y Linda de Chamounix desfilaron por el Nacional. Al lado de Schipa, a manera de contrapartes femeninas, estuvieron también celebridades de la época como la italiana Rosina Storchio y las españolas Ofelia Nieto y Ángeles Otein, que figuraban entre las más conocidas en toda Hispanoamérica.
El crítico musical del Diario de La Marina apuntaba en la edición del 28 de mayo un aspecto de la personalidad del cantante: el de “sus grandes facultades y cultura artística refinadísima”.
En ocasión de la visita de Schipa se estrenó la ópera El caminante, del compositor cubano Eduardo Sánchez de Fuentes, en la noche del 7 de junio de 1921, en la sede habitual del Teatro Nacional.
Fue una función única en la que Schipa compartió protagónico con la soprano Ofelia Nieto y la mezzosoprano Rhea Toniolo, bajo la conducción orquestal del maestro Alfredo Padovani. La obra de Sánchez de Fuentes dejó una grata impresión en los espectadores y en la prensa los comentarios fueron igualmente favorables.
En cuanto al famoso tenor, nació en enero de 1889, en una ciudad cercana a la costa del Mar Adriático, al sur de la Península italiana. Actuó en los escenarios más diversos del mundo e hizo además largas giras por Norteamérica, país en que murió el 16 de diciembre de 1965, a los 76 años. De la misma época que Enrico Caruso, su celebridad no fue menor a la de aquel, aunque sí gozó de una carrera más prolongada, recogida en numerosísimas grabaciones.
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