Teotihuacán, recurso para el desarrollo

19 de junio de 2018

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María Victoria Pardo Miranda

 

 

Una de las ponencias expuestas en el encuentro sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales, celebrado en el Centro Histórico habanero en mayo último, fue la relacionada con el turismo en el área arqueológica Teotihuacán, ubicada a unos 40 kilómetros al noreste de la Ciudad de México.

La profesora Susana Esquivel Ríos, del Centro Universitario Valle de Teotihuacán, de la Universidad Autónoma, se refirió a la gestión turística que se realiza en la zona arqueológica de esa localidad, una de las que más turismo recibe en el país azteca y por ende una de las de mayor grado de deterioro.

“¿Cuál es el principal problema que vive Teotihuacán con relación al turismo?, que el visitante no se queda dentro de la zona activando económicamente a la región, solo llega al sitio arqueológico por especio de unas horas y después retorna a la ciudad de México. Ello, además, no da oportunidad para que exista aprovechamiento cultural natural en ese sitio de reservas de áreas naturales protegidas”, aseguró la investigadora.

A pesar de que es uno de los mayores destinos, Teotihuacán no está completamente consolidado como tal porque la oferta turística aún es informal: “todavía es de gente de la comunidad que forma pequeñas agrupaciones para poder brindar un recurso turístico ya sea de hospedaje, de alimentación, recreativo. Como no está establecida formalmente la actividad turística, tenemos gente que durante toda la semana se dedica a la agricultura o a trabajar en las grandes comunidades o se van a la ciudad de México y el fin de semana regresan a la zona para poder trabajar bien vendiendo artesanía o como guías turísticos certificados por la Secretaría de Turismo en México”.

 

 

Después de su defensa del patrimonio atesorado en el sitio arqueológico de Teotihuacán (la segunda zona arqueológica más visitada en el mundo, solo superada por las pirámides de Egipto), la profesora universitaria Susana Esquivel Ríos comprende el doble rasero del turismo cultural. “Sabemos que el turismo por una parte puede ser un instrumento para la conservación de un recurso natural o cultural, pero a la par puede ser un detonante para que no exista esta conservación”.

Para evitar la segunda posibilidad deben incluirse políticas culturales que incidan en la conservación, educar a la ciudadanía en los valores y el cuidado del patrimonio y manejar la capacidad de carga de manera que se controle el desplazamiento de grandes multitudes en espacios vulnerables.

Como en México, con su ejemplo de Teotihuacán, existen muchísimos sitios donde el patrimonio cultural y natural puede ser aprovechado como recurso turístico para el desarrollo territorial sostenible. Ello fue conscientemente analizado en el encuentro habanero, cuyo tema central fue: Patrimonio Cultural, Turismo y Comunidad.