Tela por donde cortar
1 de agosto de 2018
|Cuando Imran Khan se aseguró de que será el próximo primer ministro de Paquistán, dio gracias a Dios por haberle dado esta oportunidad de servir al pueblo, principalmente a las personas más débiles y abandonadas, que son tantas que son difíciles de contabilizar.
Con solo 21 años de carrera política, Khanexplotó la amplia simpatía que tiene en la población, por su forma elegante y cordial de dirigirse a ella, estilo desenfadado de playboy y avalado por haber sido el capitán del equipo de Cricket que conquistó el campeonato mundial en 1992. Además, la juventud ve en él a una persona incorruptible
Elecciones controvertidas, pero no porque no las haya ganado el próximo Premier, sino porque todos los demás partidos pidieron la repetición de los comicios y protestaron por lo que consideraron apoyo militar a Khan, en una nación donde el ejército ha sido siempre el poder real.
De todas maneras, la Unión Europea se quejó por la falta de transparencia, sobre todo en los lugares donde ocurrieron atentados suicidas, y EE.UU. indicó que seguía muy de cerca la situación. Hay que recordar que Washington realiza constantemente amenazas a Islamabad acerca de interrumpir la ayuda al país, lo cual ha hecho cuando más hacía falta, debido a catástrofes naturales.
Este martes 31, flanqueado por una bandera paquistaní y otra de su partido, el Movimiento por la Justicia, Khan repitió el discurso anticorrupción que lleva proclamando desde que entró en política hace 21 años. ”Nuestras instituciones serán más fuertes y todo el mundo rendirá cuentas. Yo el primero y después mis ministros”, dijo el político de 65 años.
Indicó que no se mudará a la residencia del primer ministro y que convertirá otros edificios gubernamentales en edificios públicos. ”Me avergonzaría ir y vivir allí. Queremos convertirlo en una institución educativa o pública”, dijo.
También afirmó que su inspiración es el profeta del islam, quien creó un Estado de Bienestar, que ha prometido recrear durante la campaña electoral.
En cuanto a relaciones internacionales, afirmó que quiere una relación “beneficiosa para ambos” con Estados Unidos y que le “encantaría” establecer unas fronteras abiertas con su vecino Afganistán “como la Unión Europea”.
Respecto a la India, Khan se ha quejado de que los medios de ese país lo mostraron “como un villano” en las últimas semanas, pero remarcó que es necesario mejorar los lazos económicos entre ambos países.
Hay mucho de donde hablar, como el de los lazos con China para mantener una estrecha relación en lo que concierne a la llamada Ruta de la Seda, si mantendrá su rechazo a los ataques de los drones norteamericanos contra áreas fronterizas paquistaníes, y el denominado apoyo a la resistencia talibana y la actitud frente a grupos radicales, numerosos enla nación.
Todo lo anterior necesita de mucho dinero, gran parte del cual ha sido birlado por anteriores gobiernos, por lo cual tiene la inmensa tarea de utilizar los amplios recursos naturales para combatir el gran empobrecimiento y el penoso abandono de los niños.
Se habla de un crecimiento de 3% anual como promedio, pero en la práctica este no beneficia a los pobres, sino a los corruptos.
Paquistán no ocupa noticiarios, no está en boca de la opinión pública y en el mapa no destaca a simple vista, pero es un país con una trama mucho más compleja y un poder mucho más real de lo que a primera vista se presupone. Su servicio de inteligencia y su preponderancia militar, además de su capacidad nuclear, hacen de esta nación un actor discreto, conocedor de sus limitaciones, pero también de su posición y oportunidades, amparado en su influencia sobre Afganistán y el cotejo pendiente de capacidades con la India.
Los miedos han impulsado a Paquistán a seguir estrategias contrapuestas, lo que ha deteriorado sus relaciones e implicado a los estratos de poder en escenarios de corrupción que imposibilitan el desarrollo eficiente de sus estructuras.
A todo ello se tiene que enfrentar Imran Khan si quiere realmente beneficiar a su pueblo, y para ello tendrá que agenciarse de buenas tijeras para cortar tanto mal.
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