Su majestad el piano
7 de junio de 2013
|No por gusto, el piano es considerado rey de los instrumentos, pues permite tan enorme gama de combinaciones sonoras, que hasta se han realizado versiones pianísticas de obras sinfónicas. A él dedicaré mi comentario de hoy.
El piano es un cordófono de teclado, porque su sonido es producido por las cuerdas que están dentro de su caja de resonancia, cuando el ejecutante acciona las teclas. Respecto a su nacimiento, debo remontarme al florentino Bartolomeo Cristófori (1655- 1731) quien construyó el primer piano alrededor de 1700, para sustituir a los instrumentos de teclado que existían hasta ese momento, cuyas sonoridades eran muy pobres y ya no satisfacían las necesidades de la época. Cristófori denominó a su invento: gravicembalo col piano e forte (clavicémbalo con sonido débil y fuerte) En el nuevo instrumento –denominado después pianoforte- las cuerdas eran golpeadas por martillos y no por plectros como había sucedido en sus antecesores. El resultado fue notable, aunque no desplazó al clavicémbalo sino hasta un siglo después. De los instrumentos fabricados por Cristófori, sólo se conservan dos: uno en Leipsig y el otro, en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Sin duda alguna, la patente de este invento es florentina, pero es bueno aclarar que hubo algunos experimentos anteriores, realizados en Francia y Holanda; sin embargo, ninguno puede compararse al pianoforte de Cristófori, aunque su paternidad fue reclamada por franceses y alemanes, sin resultados favorables.
Al paso del tiempo, este instrumento evolucionó. En Alemania, por ejemplo, el fabricante de órganos y claves Gottfried Silbermann (1683-1753) creó dos pianofortes que, al decir de J. S. Bach, tenían serios defectos: “toque pesado y debilidad en las notas agudas”. Tiempo después, el gran músico alemán probó otros instrumentos del mismo fabricante, y quedó muy satisfecho.
Los primeros pianofortes mantenían la forma del clavicémbalo (similar a la de los actuales pianos de cola) y la creación del “piano cuadrado” se debe a Zumpe, alumno de Sílbermann, quien se estableció en Londres, y alcanzó fama en toda Inglaterra y en Francia. Entre los fabricantes a quienes se atribuye el perfeccionamiento del pianoforte, se mencionan: Merlin, Stoddard y Broadwood, quien también contribuyó a la evolución del “piano cuadrado”.
En el siglo XVIII, los pianos más famosos eran los ingleses, y muchos de ellos fueron importados a los Estados Unidos de América, donde causaron una verdadera revolución, e incitaron a la fabricación de otros, entre cuyos nombres figuran los norteamericanos Brent, Behrent, Jarvis y Juhan, quienes convirtieron a Filadelfia en el centro más importante de ésta industria.
Después del piano cuadrado surgió el vertical, que se convirtió en el preferido de las familias, porque ocupaba poco espacio. El piano de cola, era ideal para escenarios de conciertos.
En la actualidad, los pianos más valorados continúan siendo los Steinway, aunque la firma Yamaha también es muy cotizada.
Finalizo mi comentario con lo que escribió el gran pianista y compositor húngaro del siglo XIX, Franz Liszt: “Para mí, el piano ocupa el más alto lugar en la jerarquía de los instrumentos; es uno de los más profundamente cultivados y, a la vez, el más popular de todos, debido a los recursos armónicos que sólo él posee y, permiten compendiar y concentrar todo el arte musical en sí mismo. /…/ El piano es a la música orquestal lo mismo que el grabado es a la pintura: la multiplica y la hace accesible a todos; si no es capaz de reproducir sus colores, al menos reproduce sus luces y sus sombras.”
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