Spencer Tracy
3 de mayo de 2017
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El actor norteamericano Spencer Tracy estuvo en Cuba más de una vez, pero su visita más importante tuvo lugar a partir de marzo de 1956, ocasión en que permaneció alrededor de 10 semanas para las filmaciones de la película El viejo y el mar, sobre la obra homónima de Ernest Hemingway, uno de los escritores preferidos por los realizadores para llevar sus obras al celuloide.
Tracy contaba 56 años y su carrera cinematográfica estaba bien cimentada. En el semanario Bohemia de por aquellas fechas (15 de abril de 1956) se le calificaba, sin ambages de tipo alguno, como “el más grande actor viviente del cine”, con dos premios Oscar en la categoría de Mejor actor (1937 y 1938), otras varias candidaturas y más de 50 películas, pues, según se afirmaba, El viejo y el mar era su 54ta.
Era su estancia en la Isla por motivos de trabajo y poco tiempo le quedó para entrevistas. En realidad, lo animaba, sobre todo, conocer y compenetrarse con la vida de los pescadores, dado que interpretaría el personaje de Santiago, el viejo pescador cuya tenacidad tanta admiración despertara en los lectores de la obra y en cuantos vieron la película.
La ya citada edición de Bohemia, en palabras de su reportera Emma Pérez, apuntaba:
“Tracy –sin retórica, contenido y convincente– demuestra en sus películas que un hombre de honor y voluntad puede ser útil a la humanidad por diversas que sean las condiciones en que entable la lucha”.
La interpretación de Spencer Tracy es memorable, su rostro es capaz de expresar todo el drama de la existencia del pescador. Las filmaciones –bajo la dirección de John Sturges – tuvieron lugar en Cojímar y otros puntos del litoral, y la cinta se estrenó en 1958, año en que nuevamente Spencer Tracy fue nominado al premio Oscar en la categoría de Mejor actor, si bien no alcanzó la estatuilla.
Nacido en Milwaukee en 1900, debutó en el cine (ya por entonces sonoro) en 1930. Ganó, consecutivamente, los dos Oscar ya citados en las cintas Capitanes intrépidos y Forja de hombres, y recibió además otras siete nominaciones.
Los cinéfilos lo recuerdan por su versatilidad, que lo hizo popular. No conoció de malos momentos, en su carrera abundan las actuaciones brillantes, y se mantuvo como actor de primera línea por más de 35 años.
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