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Serguei Prokofiev

11 de septiembre de 2024

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Serguei Prokofiev es uno de los compositores rusos más conocidos del siglo XX, con una valiosa obra escrita para ballet. Tuvo una vida agitada, de frecuentes viajes, y en uno de ellos se detuvo y tocó en La Habana, lo cual es dato no suficientemente divulgado.

Nacido en la región de Ucrania en 1891, el compositor rondaba los 40 años cuando desembarcó en La Habana invitado por la Sociedad Pro Arte Musical y tocó en el teatro Auditórium del barrio de El Vedado, en una ciudad siempre dispuesta a escuchar a los grandes concertistas.

Corría el mes de marzo del año de 1930 y su significativa presencia motivó un extenso artículo de María Muñoz de Quevedo aparecido en la revista Musicalia, de donde tomamos estos apuntes:

“No es frecuente encontrar ejemplos en la música contemporánea de personalidades tan bien definidas como la de Prokofiev. Su arte, guste o no guste, tiene caracteres específicos y bien definidos, que imprimen a su obra un sello de rotunda originalidad”.

El compositor ofreció dos conciertos con obras suyas mayormente que revelaron los diversos momentos de su creación, contándose entre ellas Sugestión diabólica, Sonata en la menor, Visiones fugitivas y Cuentos de la abuela, estas últimas, al decir de la profesora María Muñoz de Quevedo, que “muestran a un Prokofiev a ratos enternecido, a ratos melancólico, lleno de humor caprichoso y fantástico”.

Prokofiev cursó su formación en la propia Rusia, en el Conservatorio de San Petersburgo, donde tuvo de profesores, entre otros, al compositor Nikolái Rimski-Kórsakov. Se dice que fue un alumno difícil, exigente, rebelde, tal vez porque su talento demandaba siempre de elementos innovadores.

Durante muchos años viajó en extensas giras por Estados Unidos y Europa, a través de las cuales se dio a conocer como pianista, al tiempo que en los conciertos ejecutaba sus propias composiciones, sonatas y obras para ballet compuestas para el empresario Serguei Diaguilev.

El artista regresó en 1936 a Rusia, donde compuso óperas, sinfonías, cantatas. Su música era muy apreciada en su país natal, salvo en algunos momentos en que esta sufrió severas críticas oficiales, pese a lo cual se le confirió en 1952 el Premio Stalin por su Sinfonía no. 7. El compositor murió en Moscú en marzo de 1953, a los 62 años.

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