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¿Se pueden abrir las cápsulas?

20 de enero de 2017

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Existen varias vías para poder administrar las especialidades farmacéuticas y según la vía de administración, se formulan en diversas formas los principios activos para ser administrados.

La vía más habitual de administración de los medicamentos es la oral y las formas farmacéuticas sólidas orales son las presentaciones más utilizadas.

Sin embargo, a pesar de las bondades de esta vía y la facilidad de los preparados farmacéuticos que por ella se administran, algunos pacientes, sobre todo los ancianos y niños pequeños, presentan dificultad para tragar las formas sólidas de mayor tamaño como los medicamentos en cápsulas.

Por esta razón, una práctica habitual que utilizan los propios pacientes o sus cuidadores para facilitar la deglución, consiste en abrir las cápsulas para administrar directamente su contenido. El que también muchas veces se administra disuelto en un poco de agua u otra bebida que enmascare su sabor.

En vistas de esta extendida práctica, es lógico preguntarse si es correcto abrir las cápsulas para administrar con más facilidad estos medicamentos.

Para dar respuesta a esta interrogante, lo primero que hay que decir es que los Laboratorios Farmacéuticos elaboran siempre los medicamentos de forma talque sea posible facilitar su administración, obtener una biodisponibilidad óptima y conseguir la máxima eficacia terapéutica. Por ello, la decisión de abrir una cápsula no debe ser tomada a la ligera.

La selección de la presentación de una especialidad farmacéutica está basada en diferentes criterios como la posología o dosis a administrar, la biodisponibilidad, el mecanismo de acción del medicamento, características organolépticas del fármaco como color y sabor fundamentalmente, criterios fisicoquímicos que pueden resultar en interacciones, incompatibilidades, estabilidad, entre otras condicionantes.

Al alterar o modificar la presentación de un medicamento encapsulado, aún de modo inconsciente, se están asumiendo riesgos que pueden traer serias consecuencias para el paciente y para el resultado exitosos de su tratamiento.

Como consecuencia de la manipulación de las cápsulas puede resultar incrementada la posibilidad de que ocurra algún efecto adverso. También es más probable que ocurran errores de dosificación y que puedan aumentar los efectos secundarios.

Un resultado muy frecuente es la pérdida de eficacia del medicamento, ya que las cápsulas protegen al medicamento de la acción ácida de los jugos gástricos. Al abrirlas para disolver su contenido, los principios activos pueden degradarse en su paso a través del estómago. Igualmente puede ocurrir un incremento de su potencial tóxico.

Considerando todas estas amenazas, no deben quedar dudas de los peligros de esta habitual pero desaconsejada práctica. Nuestra recomendación es que converse siempre con su médico cualquier problema que pueda tener para administrar este tipo de medicamentos. De esta forma él podrá indicarle otra presentación más acorde a sus necesidades o las de su familiar. Recuerde que aunque pueda parecer lo más sencillo, abrir las cápsulas para facilitar la administración de los medicamentos puede ocasionar riesgos que no vale la pena correr.

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