Samuel de Champlain

14 de agosto de 2019

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Leonardo Depestre Catony

 

 

Quizá hoy no nos diga mucho el nombre de Samuel de Champlain, aunque cuatro siglos atrás era un personaje famoso de quien se comentaban sus hazañas. Sin embargo, los “datos personales” acerca de Champlain escasean y no siempre concuerdan. Se conoce que nació entre 1567 y 1570 en Francia, y que sirvió a las órdenes de Enrique IV y después a las de la Corona española.

Existen grabados de la época que lo muestran como un caballero de buen aspecto, bigote copioso y pelo largo. Navegante incansable, en su periplo caribeño se alejó hasta Cartagena de Indias, en la costa Atlántica de Colombia. Y por supuesto, en ese recorrido se llegó hasta nuestra Isla, y propiamente se detuvo en La Habana.

A quien primero escuchamos hablar de Samuel de Champlain fue al historiador y periodista Fernando Campoamor —ya desaparecido. En su acertado criterio, Samuel de Champlain representó “el primer vínculo entre Canadá y Cuba”, aseveración que se explica porque fue el fundador, en 1608, de un establecimiento de apenas tres edificaciones menores y un almacén del que surgió la villa de Quebec, hoy importante centro cultural y económico canadiense. A Champlain se le llama el Padre de la Nueva Francia en América.

El marino y explorador se detuvo en esta capital en los albores del siglo XVII, aunque la fecha exacta la desconocemos y presumimos sería hacia 1600 o 1601, cuando recorrió los mares de las Antillas y América Central.

De sus experiencias marineras llevó un diario que se conoce por el título de Viajes de Champlain, del cual me reproducimos este párrafo:

“El puerto de La Habana es uno de los más bellos que he visto en todas las Indias. Tiene la entrada muy estrecha, entre dos castillos fortalezas, muy buenos y bien provistos de lo que es necesario para conservarlo, y de un fuerte a otro hay una cadena de hierro que cruza la entrada del puerto”.

Cuatro meses permaneció por La Habana y sus alrededores. De aquí siguió viaje hacia el norte del continente americano. En 1603 navegó a lo largo del río San Lorenzo y exploró la costa de Massachusetts. Fundó Quebec en 1608 y después se le nombró gobernador de dicha colonia.

Uno de los detalles sorprendentes en cuanto a este personaje es que pese a la vida tan accidentada que llevó, alcanzó una vida relativamente larga que se extendió hasta más allá de los 65 años, pues se conoce que murió el 25 de diciembre de 1635.