Rolando Lasserie: el guapo de la canción (I)
18 de septiembre de 2020
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El popularísimo cantante villaclareño Rolando Lasserie nació un 27 de agosto de 1923. Apenas un adolescente, se le podía ver en cuanta agrupación musical se ponía en su camino. Así ingresó en la orquesta del violinista Orestes García, en cuya alineación estaba el percusionista Ángel Otíz, a quien Rolando llegó a ocupar su puesto en el timbal y la tumbadora, hasta que el director Orestes Garcia le ofreció cantar.
Para esa etapa esta agrupación musical estaba de planta en la radioemisora CMHW de Santa Clara animando con la voz de Lasserie programas bailables, y también en sociedades privadas como el Gran Maceo y La Bella Unión. Para esos años el trabajo era escaso entonces Lasserie sale de la orquesta de Orestes García y le dedicaba una buena parte de su tiempo a jugar billar en el bar que estaba localizado en las intersecciones de las calles Martha Abreu y Juan Bruno Zayas, en espera por la oportunidad de alguna contratación.
Poco a poco, algunas veces cantando aquí y otras allá, fue ganando popularidad; fue entonces que decide adoptar el nombre artístico con el que alcanzaría respeto, admiración y fama: Rolando Laserie.
A principios de la década de los años 40 Rolando Laserie se traslada a Santiago de Cuba, allí tuvo la gran oportunidad de cantar con la formidable big band de Mariano Mercerón en diversas radioemisoras de Santiago y en algunos bailes públicos.
En 1944 Rolando Lasserie prueba tener suerte en la capital cubana, viaje del que salió totalmente desalentado al no encontrar trabajo como cantante. Alrededor de los años 50, del pasado siglo, retorna nuevamente a la capital del país, y los planes y sueños le fueron un tanto mejor, pues integró la compañía del actor cómico Enrique Arredondo; pero además, encontró trabajo en el teatro Martí, y en los cabarets arrabaleros Panchín y Mi Bohío, de la Playa de Marianao; también tuvo la suerte de cantar con la gran orquesta Hermanos Palau y el grupo de Yoyo Casteleiro.
Algo después, organiza una orquesta de corta duración con la que realizó algunas presentaciones en el cabaret Sans Soucí, aquí cubrió espacios explotando una onda retro puesta nuevamente en boga. En ese mismo espacio, probó algunas oportunidades como cantante, aquí fue escuchado por Guillermo Álvarez Guedes, director y presidente del sello GEMA, quedando impresionado por su estilo guapachoso, más bien guaposo, que lo marcarían por toda su vida artística
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