Regulaciones urbanas: conocer para cuidar
23 de septiembre de 2016
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La alfabetización urbana debería ser un tema recurrente en los centros históricos, ya que se ganaría mucho en el conocimiento y el cuidado del patrimonio por los habitantes y visitantes de esos sitios primigenios.
En el seminario que cada miércoles imparten especialistas del Plan Maestro de la Oficina del Historiador a los potenciales emprendedores privados (San Ignacio no. 358, La Habana Vieja) se enfatiza, entre otros acápites, en las principales violaciones de las regulaciones urbanas que inciden en el daño a las edificaciones y a los espacios públicos.
Reflexionó el vicedirector del Plan Maestro Pablo Fornet: “si hoy tenemos una ciudad que es orgullo de todos, es porque se construyó siguiendo regulaciones precisas”. Y dejó pensando a los participantes en el seminario con las siguientes interrogantes: “¿Pueden apreciar ese ritmo regular y las dimensiones que se repiten en puertas, ventanas y muros? ¿Y la relación entre los puntales de las plantas bajas y de los pisos superiores? ¿El patio omnipresente? ¿El orden absoluto de los portales corridos y las emblemáticas columnas en las calzadas? Podría parecer una simple coincidencia, pero no lo es”.
Fornet fue más allá y ejemplificó casos violatorios de las regulaciones que provocan impacto negativo en la imagen urbana: la ocupación de áreas comunes en el interior de los inmuebles; el cambio de cubierta, que modifica el puntal, la forma y los materiales originales; la apertura o cierre de vanos, de forma improcedente; la sustitución inadecuada de carpintería y herrería; y la introducción de entrepisos, a veces expresándose en fachada.
Otros casos que atentan contra el buen urbanismo son el tratamiento individual de la fachada de una casa y no del edificio completo; la introducción de baños y/o cocina sin conexión adecuada; el cierre de un patinejo; o la ampliación en azotea, alterando negativamente la imagen urbana.
Encuentros como estos surgen para educar a las personas dispuestas a transformar su vivienda o algún espacio de ella. Sí, hoy cuando existe interés ilimitado en actuar sobre el patrimonio se impone sensibilizar a la ciudadanía y a otros actores de los centros históricos “sobre la historia y los valores de la ciudad, implementar mecanismos más claros y transparentes en relación con los permisos, promover incentivos para quienes cumplen y penalización para los que no lo hagan”, aseveró Fornet.
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