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Quiero y puedo ser un adulto

12 de julio de 2013

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La semana anterior iniciamos un ciclo dedicado a los adolescentes en el que pretendimos dar una panorámica muy general con relación a estas edades de cambios, siempre condenadas fatalmente como una gran crisis cuando en realidad solo se producen cambios que son parte del propio desarrollo psico social que tenemos como seres humanos que somos.
Hoy intentamos conversar acerca de un tema que es tal vez una de las más frecuentes salidas o vías que intentamos utilizar en esta etapa de la vida para auto demostrarnos y demostrar a los demás que ya no somos niños, que nos hemos convertido en adultos responsables y dueños de nuestros destinos, y estoy hablando de ese flagelo que tanto nos viene afectando hoy en día, las adiciones.
Y hablamos no solamente de la adición al tabaco, sino también al alcohol y a drogas o medicamentos estimuladores, todos como búsqueda de esa liberación o de auto independencia que en realidad no estamos preparados todavía en este tiempo para asumir, y de la cual siempre encontramos la oposición y la presión de los adultos que nos controlan y educan, sean familiares o no.
Comenzamos por el tabaquismo, y no hay que dar muchas explicaciones, en estas edades, todos, hasta los que ya peinamos canas en este tiempo, si retrocedemos a aquellas edades nos recordaremos, primero, era una forma de violar o de ir en contra de nuestros padres y otros adultos cercanos a nosotros. Sobre todo en el caso de los varones es un a prueba de hombría y en las muchachas de independencia y de igualdad de géneros. No es menos cierto que hoy en día si existe una fuerte propaganda como vía de prevención de muchas enfermedades crónicas, entre ellas, el cáncer de pulmón o bucal que alertan sobre los daños del tabaco para la salud, pero no obstante, pesa mucho mas en estas edades el hecho de demostrar mi rebeldía, mi independencia y el que no me sigan mirando como un chiquillo o una chiquilla que no sabe nada de la vida, cuando en realidad, si nos percatáramos no solo del daño de la adición, sino de algo mas importante, que existen otras formas de adquirir y demostrar a nuestros padres y adultos cercanos que estamos madurando y que pueden confiar mas en nosotros, como es asumiendo con responsabilidad algunas tareas del hogar y de la familia, responsabilidades en las organizaciones juveniles, la integración a áreas deportivas, grupos culturales o cursos de superación en otras esferas, el desarrollo de habilidades artísticas o investigativas, hablamos de artesanía, pintura, colección de sellos, lectura de libros que puedan ampliar nuestro universo cultural y un mayor desarrollo dentro de las tecnologías de la informática, pero sin que se constituyan en otra de las adiciones, de las cuales comentaremos en otro momento.
Cuando estamos en esta edad que ya aseveramos la semana anterior que es una etapa de cambios y no de crisis, pues podemos comprometernos en varias formas con el alcohol y las drogas legales o ilegales, y no ver o prevenir,  la relación entre lo que hacemos en el presente y las consecuencias del mañana.
Comentamos como nos podemos sentir fuertes, indestructibles e independientemente de las interrogantes, de las dudas, de la falta de auto confianza, si nos podemos sentir inmunes hacia los problemas que otros experimentan.
Debe quedar bien esclarecido, algo que no nos podemos percatar en tan temprana edad, pero que ha sido estudiado y comprobado por investigadores, y que hoy incluso, se tiene la oportunidad de encontrar mucha información al respecto, y al igual que buscamos la deportiva, las culturales o las literarias, podemos buscar la de este tema de las adiciones en esta etapa de la vida, pero se asegura que el uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde.
Yo recuerdo y tal vez usted también lo haya experimentado, cómo algunos adolescentes experimentan por una vez o por un breve tiempo las sensaciones de cualquiera de estas adiciones, están los que en busca de fortalecerse físicamente utilizan algunos medicamentos, y contrariamente, los que padecen de constantes estados depresivos y de ansiedad, que sin acudir al especialista que los puede orientar e indicar, si es que consideran que lo requieren, la dosis a utilizar, se auto medicamentan, e incluso, puede instituirse como un recurso a ingerirse en exceso ante situaciones consideradas como muy difíciles y que pueden ocasionar graves trastornos en el organismo, incluso hasta la muerte, pero están los que la usan para probar y después, como decimos en buen cubano “se quitan de eso”, pero otros, la gran mayoría, finalmente se convierten en adictos, desarrollando una dependencia, que crecerá, llegando a utilizar las drogas más peligrosas que pueden causar daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.
No es un secreto y todo lo hemos vivido, tal vez tú que me estás leyendo en este momento, conocemos que es propenso en estas edades el querer conocer y probar todo lo nuevo, ahora bien, existen muchas otras razones por las cuales en esta etapa de la vida podemos consumir el alcohol y otras sustancias aditivas, pero de ello les propongo continuar conversando la próxima semana.

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