¿Quiénes son y qué hacen las vinchucas?
29 de noviembre de 2019
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Las vinchucas son chinches, cuyo nombre científico es Triatoma infestans. Este es un insecto hemíptero de la familia Reduviidae y subfamilia Triatominae, por lo que a los miembros de esta subfamilia se les llama triatominos. Es un insecto hematófago y se considera el vector principal responsable de la transmisión de la enfermedad de Chagas. La enfermedad de Chagas, también conocida como tripanosomiasis americana o Mal de Chagas-Mazza, es una enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica, causada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi.
Se considera que la enfermedad de Chagas es endémica de América, principalmente en el Cono Sur americano, donde hay una transmisión activa del parásito. Pero se distribuye desde México hasta Sudamérica y tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres de América Latina. Por ejemplo, el insecto habita en zonas secas y cálidas de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Brasil. Es posible hallarla en el 70 % del territorio argentino, principalmente en el norte y un 50 % del territorio boliviano. En las regiones de Cochabamba y Chuquisaca de Bolivia, la vinchuca es responsable de una de las más altas prevalencias del continente americano. Estas regiones bolivianas son consideradas el lugar de origen y epicentro de dispersión de T. infestans.
También existen vectores y reservorios incluso en el sur de los Estados Unidos, y en la actualidad se considera una enfermedad esporádica con casos identificados en Canadá y EE.UU.
Se estima que cada año mueren unas 10.000 personas por esta enfermedad. Reconocida por la OMS como una de las 13 enfermedades tropicales más desatendidas del mundo, y por la Organización Panamericana de la Salud como una enfermedad de la pobreza, la enfermedad de Chagas ha sido un azote para la humanidad desde la antigüedad, y sigue siendo un problema relevante social y económico en muchos países de América Latina.
El huésped natural de T. infestans probablemente ha sido desde hace millones de años la cobaya. Sin embargo, se alimenta principalmente del ser humano. De hecho, dada su amplia distribución y capacidad de adaptarse a vivir tanto en el domicilio humano como en sus alrededores. Con preferencia habita las viviendas de áreas rurales construidas con paredes sin revoque, techos de paja no alisados e interior desordenado, y en lugares próximos al domicilio, como gallineros y corrales. Ocasionalmente se pueden hallar ejemplares de este insecto en viviendas con revoques, ordenadas y limpias. Ello se debe a dos causas principales: a) sus habitantes viajan a zonas endémicas sin vigilancia del vector y pueden transportarlo inadvertidamente en su equipaje o ropas; y b) por la acumulación de materiales como quebracho, leña, etc, provenientes de esas zonas.
Las 139 especies de triatominos son potencialmente capaces de transmitir el parásito T. cruzi a los seres humanos pero las siguientes cuatro especies constituyen los vectores de la enfermedad de Chagas más importantes epidemiológicamente: Triatoma infestans, Triatoma dimidiata, Rhodnius prolixus y Rhodnius pallecens.
Históricamente, T. infestans ha sido el vector más importante, en las sub-regiones endémicas del Amazonas (sur de Sudamérica). R. prolixus aparece en el norte de Sudamérica y América Central, y T. dimidiata ocupa un área similar, pero también se extiende más al norte, hasta México. Panstrongylus megistus y Triatoma brasiliensis son otras especies comunes en partes de Brasil.
Nota lingüística:
A los triatóminos se les conoce con los siguientes nombres según las diferentes zonas geográficas:
Chinche en México, Honduras y El Salvador.
Vinchuca en Uruguay, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina.
Chipo en Venezuela.
Pito en Colombia.
Pic, palabra de la lengua maya que indica que se les conocía desde antes de la llegada de los españoles,
Talaje en algunas zonas de México,
Bananon o chirimacha en Perú,
Chichâ en Paraguay,
Barbeiro en Brasil, por el hecho de a menudo pinchar la región del rostro.
Otros nombres: Chinche voladora (aunque la mayoría de las especies no vuela), benchuca, kissing bug, chinches besuconas, chinche hocicona, chupança, barbeiro, y chincha.
Los triatominos tienen cinco estadios ninfales y adultos de ambos sexos, durante todas estas fases pueden albergar y transmitir Trypanosoma cruzi. La probabilidad de que un triatomino esté infectado con el protozoo aumenta proporcionalmente con el número de comidas que hace el insecto, de modo que los estadios ninfales más avanzados y los adultos tienden a tener las mayores posibilidades de infección.
¿Por dónde chupan sangre los triatominos hematófagos? Para ello utilizan el aparato bucal, también llamado proboscide o rostro. Este apéndice chupador posee tres segmentos y en el momento de picar se dobla gracias a una porción membranosa. Las mandíbulas ayudan a perforar la epidermis y los maxilares penetran en busca de un vaso capilar.
CURIOSIDAD
¿Cómo saber cuándo se trata de un hemíptero hematófago o no? El rostro es una característica común y ancestral entre los hemípteros. Una inspección rápida del rostro puede ayudar a distinguir un hemíptero hematófago de uno que no lo sea. Por ejemplo, es largo en los hemípteros fitófagos y corto en los depredadores (entomófagos) y hematófagos, además, en los depredadores el rostro es curvo, mientras que en los hematófagos es recto.
¿Cuándo fueron descubiertos los triatominos de América? A inicios del siglo XIX Charles Darwin (12 de febrero de 1809 – 19 de abril de 1882, naturalista inglés) hizo uno de los primeros reportes de la existencia de triatominos en América en su diario de notas que se conoce como El viaje del Beagle (The Voyage of the Beagle).
Se especula con la posibilidad de que Charles Darwin haya sufrido de la enfermedad de Chagas como resultado de una picadura del llamado gran bicho negro de las pampas (vinchuca). El episodio fue reportado por Darwin en sus diarios del viaje del Beagle. El siguiente es un extracto de lo que él escribió el 25 de marzo de 1835:
“… Dormimos en el pueblo de Luján, que es un lugar pequeño, rodeado de jardines, y forma la zona más cultivada en el sur de la provincia de Mendoza, está a cinco leguas al sur de la capital. Por la noche tuve un ataque (porque no se merece menos el acto) de la benchuca, una especie de redúvido, el insecto grande y negro de las Pampas. Es muy desagradable sentir suaves insectos sin alas, de aproximadamente una pulgada de largo, arrastrándose sobre el cuerpo de uno. Antes de la succión son bastante delgados, pero después se vuelven redondos e hinchados de sangre, y en este estado pueden ser fácilmente destruidos. Un ejemplar que me llamó la atención en Iquique, (ya que se encuentran en Chile y Perú), estaba muy vacío. Cuando lo puse sobre una mesa, y a pesar de estar rodeado de gente, si se le presentaba el dedo, el intrépido insecto inmediatamente mostraba su lechón, picaba, y si se le permitía, realizaba extracción de sangre. La herida no causaba ningún dolor. Era curioso observar su cuerpo durante el acto de la succión, ya que en menos de diez minutos pasó de ser tan plano como una oblea, a una forma globular. Uno se mantuvo obeso durante cuatro meses completos, pero, después de la primera quincena del mes, estaba listo para realizar otra succión…”
(Bitácora de Darwin y traducción del inglés).
Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que ella perdure: respetarla y servirla.
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