Problemas relacionados con la aceptabilidad de los medicamentos
24 de octubre de 2017
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La existencia de formas farmacéuticas para administrar los medicamentos, guarda estrecha relación con las características anátomo-fisiológicas de las distintas vías por donde estos se administran y las de los propios principios activos que van a ser administrados.
Cada forma farmacéutica garantiza la adecuada biodisponibilidad del medicamento cuando se administra del modo correcto, por la vía recomendada. Sin embargo, cuando este principio básico se violenta, un resultado inevitable es la alteración del efecto del medicamento y la posibilidad de que ocurran eventos adversos asociados.
Un aspecto muy importante que debe tenerse en cuenta en el diseño de toda presentación farmacéutica es la aceptabilidad del paciente. Esta implica la capacidad general y la voluntad del mismo para que utilice un medicamento según lo esperado.
En contraste con la población adulta, la aceptabilidad cobra especial interés en las edades pediátricas, dada las limitaciones de comprensión de los niños acerca de la necesidad y utilidad de los medicamentos, especialmente cuando se encuentran enfermos o en situaciones que les provocan malestar.
Y es en casos como estos cuando pueden ocurrir errores de medicación potencialmente nocivos relacionados con el manejo inadecuado de distintas formulaciones al ser manipuladas para administrarse de un modo diferente al indicado, en un intento por conseguir la aceptabilidad del paciente frente a la administración del medicamento.
Ejemplos de esta práctica incorrecta sobran. Entre ellos tenemos la administración de cápsulas en forma de polvos disueltos en agua, la trituración de comprimidos que no pueden ser fraccionados por estar recubiertos, la mezcla de medicamentos con alimentos con los que interactúan para enmascarar su sabor, entre otros.
Y aunque el resultado del mal manejo de los medicamentos no siempre se puede ver de inmediato, sus efectos no dejan de manifestarse a más corto o más largo plazo, pero siempre de manera negativa para los pacientes.
Uno de los efectos más conocidos que puede provocar esta mala práctica es el de la resistencia antimicrobiana de los agentes patógenos, condicionada por el uso inadecuado de los antibióticos.
Este es un fenómeno que va en aumento y que pone en riesgo cada vez más la efectividad de los tratamientos antiinfecciosos disponibles en el presente en la práctica clínica a nivel internacional. Como consecuencia, se han visto incrementadas la incidencia de muertes y de agravamientos en numerosas patologías ocasionadas por microorganismos resistentes, para los que ya han dejado de ser efectivos los agentes antimicrobianos convencionales.
De ahí que antes de concluir, no puede faltar la recomendación de nunca manipular la presentación original de sus medicamentos en aras de mejorar su aceptabilidad y facilitar la administración de los mismos. En caso de presentar cualquier tipo de limitaciones que dificulte la administración, lo más acertado es consultar con el médico para que valore la posibilidad de cambiar la prescripción por otra presentación del medicamento que no le reporte los mismos inconvenientes.
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