Primera capilla de música
26 de marzo de 2018
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A través de una crónica de 1598 de Hernando de la Parra, conocemos que los primeros cuatro músicos de La Habana fueron el violinista Pedro de Almanza, de Málaga, el sevillano Pascual de Ochoa, violón, el portugués Jácome Viceira, clarinete, y una negra libre de Santiago de los Caballeros, Micaela Ginez, que tocaba la vihuela.
Sabemos que en 1557 un flamenco nombrado Juan de Emberas, tocaba un tambor ante la presencia de un navío frente al puerto habanero, pero no creo que por ello debemos considerarlo como un músico profesional.
Pero, ¿cuál fue la primera capilla de música de Cuba? Pues fue la de la Catedral de Santiago de Cuba, fundada por el obispo Juan García de Palacios, el 10 de febrero de 1682, a cargo de Domingo de Flores, quien debía solicitar a clérigos, niños y otras personas para que cantaran en dicha capilla y aprendieran el canto del órgano.
De esa manera se celebrarían los divinos oficios, en especial los domingos de ramos, jueves, viernes y sábados santos, así como los 29 de noviembre y doce de diciembre.
No estaba obligado Domingo de Flores a trabajar en las fiestas particulares de algunos devotos, entierros ni aniversarios, y si así lo hiciera sería cobrando lo que entendiera pertinente, independientemente de su salario.
Establecía también el auto de constitución de la capilla, que no se permitía a los músicos de ella hacer conciertos sin orden de su maestro, y que no se constituyera otra capilla en la ciudad.
Y en opinión del investigador Pablo Hernández de Balaguer, este es el más antiguo documento de la música cubana.
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