Presencia de la habanera en el recurso fonográfico cubano (I)

1 de febrero de 2018

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José Reyes Fortún

 

 

Desde el año1877 se empezó a grabar el sonido y reproducirse prácticamente de manera comercial, primero con los cilindros de metal y cera, luego fabricados de bakelita, clasificados como Gould Moulder. Casi aparejados, aparecieron los discos de metal perforado fabricados de latón, y a partir de 1894, aparecieron los discos circulares y planos de carbón y otros materiales. Este proceso comenzó simultáneamente en Europa y Estados Unidos.

Por razones que analizaremos más adelante, Cuba como país productor de música, músicos e intérpretes, tuvo acceso inmediato y bastante amplio al recurso grabador y reproductor del sonido, en comparación con otros países latinoamericanos.

Ese acceso se hizo mayor cuando en 1925, el disco dejó de promoverse por proceso acústicos (o sea por medio de la vibración pura, directa), y empezó a grabarse y reproducirse eléctricamente.

Por aquella época las grabaciones generalmente se hacían en Estados Unidos, para lo cual los artistas de toda América viajaban, principalmente a la ciudad de New York.

Fue muy grande el flujo de música cubana que llegaba a las discográficas para ser grabada para después circularlas por toda Latinoamérica, especialmente la cuenca caribeña, primero en discos de 91 rpm luego en 81 y definitivamente en 78 rpm (a los que llamaremos discos de 78).

Los soportes en forma de cilindros o tubos, se fabricaban básicamente para ser grabados y reproducidos en principio de 2 minutos de duración y luego llegaron a alcanzar hasta los 4 minutos de persistencia. Los discos gramofónicos se producían en dos dimensiones: 10 y 12 pulgadas de diámetro, alcanzado el disco de 10 pulgadas, como los que registraban habaneras, una duración de alrededor de 3 minutos, y el de 12 pulgadas 4 minutos, para registrar recitativos, arias de óperas y danzones.

Por muchos años, el disco de 78 reinó como único señor. Pero en 1948 la Columbia Records lanzó el disco de larga duración (long play), el cual junto al disco de 45 rpm, sacado a los mercados el año siguiente por la RCA Victor paulatinamente desplazó al disco de 78, soporte que para los finales de los años 50 solo se producía en algunos países latinoamericanos.