¿Por qué es muy importante educar a los niños en el amor a los animales?
21 de marzo de 2014
|El maltrato de animales por parte de niños o adolescentes es un posible indicador para detectar a quienes, de adultos, practicarán actos violentos contra las personas. Por ello, es importante fomentar en los niños el respeto hacia los animales como forma de crear cimientos firmes para que de adultos sepan respetar la vida, tanto de personas como de animales.
Núria Querol i Viñas, investigadora del Grupo para el Estudio de la Violencia hacia Humanos y Animales (Geva) y una de las personas más especializadas, tanto en España como fuera del país, en el estudio de las repercusiones sociales de la violencia con los animales, explicó que “los padres no deben pasar por alto el maltrato” hacia los animales por parte de sus hijos. “Hay que hablar con el menor, para que comprenda que debe respetar a otros seres vivos”.
Por otro lado, los niños testigos de violencia doméstica, maltratan animales entre dos y tres veces más a menudo que los niños que no sufren violencia doméstica, aseguró Querol i Viñas. “El abuso de animales realizado por niños es uno de los indicadores más importantes y tempranos de trastorno de conducta”, afirmó la bióloga.
Todos los estudiosos de este tema coinciden en afirmar que los programas de educación humanitaria para escolares pueden resultar muy útiles como apoyo, junto con programas específicos destinados a menores maltratadores de animales.
Sigue comentando la investigadora, en España un grupo de investigadores hemos realizado diversos estudios sobre la violencia con animales y su relación con los asesinos en serie, homicidas y violadores y las torturas practicadas por estos delincuentes contra animales en su infancia o juventud. Un estudio realizado en Cataluña por este grupo de médicos y biólogos con 50 individuos condenados por diversos delitos obtuvo como resultado que el 41,7% de ellos había maltratado a los animales.
La tortura hacia el animal tiene repercusiones sociales en el maltratador: “El maltrato a los animales está vinculado a conductas violentas que tienen importantes repercusiones”, asegura Nuria Querol i Viñas.
Una de las repercusiones sociales a las que se refiere la investigadora está relacionada con el ámbito de la violencia contra la mujer. Según estudios citados por el Geva, el 86% de las mujeres maltratadas que acudieron a una casa de acogida y tenían un animal comentaron que su agresor había herido, amenazado o matado a su animal de compañía como venganza o para ejercer control psicológico. La investigadora añade que entre un 25 y 50% de las mujeres maltratadas no son capaces de huir de este tipo de situación violenta, a causa de la preocupación por sus animales de compañía o de granja.
En ocasiones, “la publicación en los medios de comunicación de algunos casos especialmente sobrecogedores de crueldad hacia los animales, unido a la mayor sensibilidad de la sociedad española en general, han conducido a la demanda de leyes más estrictas”, comentó Querol i Viñas. Sigue diciendo, en España, “a pesar de no ser un país especialmente respetuoso con el trato a los animales”, se inició la modificación del artículo 337 del Código Penal como respuesta a la noticia de la tortura de 15 perros en una protectora de Reus (Tarragona).
También en los Estados Unidos, desde los años 70, el desarrollo de la ciencia del perfil criminal y la creación del Vicap (Violent Criminal Apprehension Program, programa de captura de criminales violentos) permiten estudiar rasgos en común entre criminales: uno de ellos es la crueldad hacia los animales.
Un significativo porcentaje de los homicidas y asesinos en serie de personas, aproximadamente la mitad, fueron torturadores de animales durante su infancia o adolescencia. A esta conclusión llegaron investigadores del FBI (cuerpo norteamericano de investigación policial) en un estudio elaborado por ellos sobre asesinos en serie. El 46% de estos maltrató animales durante la adolescencia.
Se han documentado varios casos de asesinos que fueron maltratadores de animales:
Albert DeSalvo, el Estrangulador de Boston, acabó con la vida de trece mujeres en un año. Solía atrapar perros y gatos, encerrarlos en jaulas diminutas y dispararles flechas a través de sus aberturas.
Jason Massey decapitó a una niña de trece años en 1993 y disparó a su hermanastro, de catorce. Comenzó su sangrienta carrera con el asesinato de gatos y perros.
Kip Kinkel, un adolescente de 15 años, asesinó a sus padres y luego disparó, y mató, a 24 alumnos de su escuela en 1998. La prensa informó que Kinkel contaba con una historia de violencia hacia los animales: había decapitado gatos y diseccionado ardillas vivas.
Jeffrey Dahmer, el tristemente famoso Carnicero de Milwaukee, asesino y caníbal, también inició su carrera delictiva en la infancia con la tortura y el asesinato de animales. Muchas de estas crueles prácticas con los animales, como disolver sus cuerpos en ácido, fueron las mismas que utilizó con sus víctimas después, para asesinarlas y hacer desaparecer sus cuerpos.
Hay muchas formas de maltratar a un animal. Además de infligir dolor físico, el hecho de no cuidarle o no cubrir sus necesidades básicas puede causar en nuestras mascotas secuelas que acaben con su vida tras un terrible sufrimiento.
Recordemos que…”la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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