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Plazuela Simón Bolívar

24 de abril de 2019

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Mercaderes esquina Obrapía

 

parcela vacía años 1970

Parcela vacía años 1970

 

El 24 de julio de 1990 se inauguró la plazuela Simón Bolívar en el centro histórico habanero; la misma se dispuso en el ángulo que forman las calles Mercaderes y Obrapía. Allí se develó la estatua de El Libertador, en medio de un multitudinario acto donde se escucharon las palabras de distinguidas personalidades de gobierno.

 

La parcela abandonada, década de 1980

La parcela abandonada, década de 1980

 

La estatua original de Bolívar fue fundida en Alemania, había sido moldeada en Roma por el artista italiano Pietro Tenerani en 1843; fue erigida en la Plaza Mayor de Bogotá e inaugurada en 1846, donada al Congreso de Colombia.

 

Plazuela simón Bolívar (plazuela reanimada)

Plazuela simón Bolívar (plazuela reanimada)

 

La réplica develada en La Habana se realizó en la Fundación Artística Martín Toledo, en Caracas, en ella El Libertador sostiene en su mano derecha la espada desenvainada y en la izquierda el pliego enrollado de la constitución de la Gran Colombia, símbolo de sus aportes como guerrero independentista e intelectual. La presidencia de la República de Venezuela, nos honró cuando donó Cuba esta réplica.

 

Mural cerámico en la plazuela

Mural cerámico en la plazuela

 

La plazuela se dispuso seleccionando una parcela vacía, donde antes existió una antigua edificación colonial que no perduró en el tiempo. A pocos pasos, en la acera del frente, abrió sus puertas la casa museo Simón Bolívar, ocupando un edificio del siglo XIX. En igual fecha (1990) se restauró para desempeñar el nuevo uso, recayendo ambos proyectos en manos de los especialistas de la Oficina del Historiador de la ciudad. Estas obras se llevaron a cabo con la colaboración del gobierno venezolano, como reconocimiento al pueblo de Cuba y manifestación de los lazos de amistad que unen a estas naciones hermanas.

 

Plazuela Bolívar en la actualidad

Plazuela Bolívar en la actualidad

 

Los jardines fueron diseñados con esmero y los árboles arraigados con fuerza, florecieron vertiginosamente, proporcionando agradable sombra y colorido. El sitio se ha ido enriqueciendo con las obras del taller de cerámica artística Terracota, instalado a pocos pasos del lugar. Hacia la pared del fondo, se ubicó un mural cerámico de la artista venezolana Carmen Montilla, donado a La Habana Vieja y a la persona que ha hecho posible su revitalización, el historiador Dr. Eusebio Leal.

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