Plazuela de Belén
30 de diciembre de 2019
|Centro Histórico Habana Vieja
Calle Compostela entre Luz y Acosta
El trazado urbano de la villa de San Cristóbal de La Habana se realizó a través de un conjunto de plazas principales que dieron origen a su policentrismo, de estos espacios salieron los caminos y calles principales que se entrelazaron hasta completar la trama dentro del recinto amurallado. Además de las plazas, espacios públicos trascendentales cada uno con su función bien definida en nuestro caso, se formaron un conjunto de plazuelas al frente de las construcciones religiosas con una función bien determinada, la de contribuir a la mejor realización de los festejos religiosos los días de conmemoraciones, misas, procesiones y otros actos de la liturgia.
Entre estas plazuelas alcanzó considerables proporciones y con ello personalidad propia la de Belén, en la calle Compostela, entre las de Luz y Acosta, donde señorea el arco del antiguo convento dieciochesco, único de su tipo en la ciudad; convento que fue mandado a construir por el Obispo Diego Evelino de Compostela; también fue sede del reconocido colegio del mismo nombre, Colegio de Belén; contó además con un observatorio astronómico y a su frente la plazuela.
El historiador Emilio Roig señalaba que este espaciamiento frente al templo también fue muy útil para el tránsito de los carruajes en la época colonial, lo que se logró retirando la alineación de las aceras opuestas a los edificios frente al templo; edificios que se caracterizaron por sus amplios puntales y dimensiones espaciales con portales y galerías corridas, que ennoblecieron este espacio. De tal forma la plazuela de Belén devino en uno de esos recintos de la antigua ciudad envueltos en la magia de sus tradiciones.
Las plazuelas, como las plazas, constituyen hitos importantísimos dentro del paisaje urbano, de ahí que su conservación y reanimación se ha tomado en cuenta por la Oficina del Historiador. Los edificios se van recuperando y esto enriquecerá la animada vida social y cultural del lugar. Ya se observan cambios en su espacio, donde se ha repavimentado y colocado el nuevo mobiliario, luminarias y vegetación, gracias al proyecto de los especialistas de la Empresa de Proyectos “RESTAURA” de la Oficina del Historiador.
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Falta hablar del futuro del Teatro Ideal, de los restaurantes y comercios de la "judería" y de la fuente del "lauburo y las flores de lis"