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Petra Silva, la profesora imposible de olvidar

4 de enero de 2017

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Evocar a un profesor, no importa la enseñanza, ni la edad que teníamos en aquel entonces, es una deuda que se salda solo cuando se cumplen los objetivos de quien (quienes) nos enseñó.

La Máster Petra de la Caridad Silva Cruz, es de esos seres que pocos se atreven a olvidar. La holguinera, profesora y asesora de la filial del Instituto Superior de Arte en esa nororiental provincia desde 1980 y defensora a ultranza del idioma se enfrenta al aula diariamente y allí entrega de ella todo lo que puede.

Distingue a Petra la elegancia en el decir y maestría en el hacer. Mantenerla viva en el recuerdo es un compromiso de todos los que estudiamos en la universidad Oscar Lucero Moya, de ese territorio.

“Agradezco muchísimo a la vida haber escogido esta profesión. Creo que desde que tengo uso de razón quise ser maestra, profesora y cuando tuve la posibilidad, la elegí. Estudié licenciatura en Letras o Filología, que se llama de una u otra manera, según los planes de estudio. Empecé a trabajar en la Dirección de Educación en Holguín, porque en ese momento no había una plaza, pero una vez que cumplí mi Servicio Social me fui para el Instituto Pedagógico José de la Luz y Caballero, que es toda una escuela también. Allí me acabé de formar y acabé de profundizar este amor por la profesión.

“Es una cualidad del hombre sentirse insatisfecho, porque hay algo por hacer, por cumplir, por realizar. Pero de manera general soy feliz. No tengo ningún trauma por no haber tenido hijos, disímiles circunstancias influyeron. Pero en ese instinto maternal, en ese deseo de dar, estoy satisfecha. Mis alumnos me recuerdan, me quieren, me respetan.

“Si algo me caracteriza es estar siempre presta para ayudar a los demás. Soy muy martiana, por tanto saberse útil es bueno y reconforta. Esos son los pequeños detalles que me hacen feliz”.

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