Peligro latente

7 de marzo de 2014

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Heidy González Cabrera

Cólera, paludismo, tuberculosis, dengue y otros alarmantes brotes o epidemias de dolencias que se consideraban erradicadas en gran parte del mundo, volvieron a reaparecer para sorpresa de la propia ciencia, que se concentró en indagar las causas de lo que ha sido certificado como “enfermedades reemergentes”.

Con más dominio sobre la prevención, factores de riesgos y terapéuticas apropiadas; comenzaron las campañas de orientación, paralelamente a la aplicación de tratamientos a quienes ya eran víctimas de las pandemias.

Mucho tiene que ver en el éxito de ese batallar la voluntad de los gobiernos para erogar el financiamiento indispensable que frene el contagio y proteja la salud de sus habitantes en tiempos donde un nuevo enemigo conspira: el cambio climático.

No es secreto que con las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura del planeta sigue su peligroso aumento, causa fundamental para la migración de plagas transmisoras de las enfermedades reemergentes. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó cepas de la malaria en el Reino Unido, nunca antes presente en un país frío.

Indudablemente, el cambio en las temperaturas interviene en la tasa de reproducción de algunos tipos de plagas como el “mosquito tigre”, las termitas o las cucarachas, entre otros. Además, la transportación del ganado, o de productos para la alimentación, constituyen posibles vehículos para dichos vectores.

Distintas regiones del orbe han tenido inundaciones que propiciaron infecciones transmitidas por aguas contaminadas. En sentido contrario, las sequías desatan a las langostas y a las “moscas blancas”, típicas en esas situaciones. Y como los inviernos perdieron su intensidad, la mortalidad de algunas especies de insectos controladores de tales plagas, contribuyen al aumento en la siguiente estación del año.
Hipótesis que justifica ahora la superpoblación de roedores.

Pero, ante esta inquietante situación, alienta saber que el campo científico y cuanto profesional tiene que ver con el enfrentamiento de estos fenómenos, trabajan intensamente contra lo que constituye una real amenaza para la vida del planeta.

En cuanto a usted, no dependa solo de ese esfuerzo. Convoque a su familia a higienizar su vivienda, su ropa, su cuerpo. Beban agua hervida y cumplan con todas las orientaciones dirigidas a consumir alimentos en casa, elaborados con las precauciones orientadas.