Peligro en la órbita
14 de febrero de 2014
|“La ignorancia frecuentemente proporciona más confianza que el conocimiento” Charles Darwin
1. Gravity: el peligro real detrás de la ficción
La película Gravity o Gravedad, que por cierto ha levantado muchos comentarios y elogios, tiene como escenario la órbita terrestre donde ocurre un accidente causado por la basura cósmica. ¿Qué hay de realidad en el argumento de esta obra?
En Universo energético bajo el título de “Peligro en la órbita”, les quiero presentar una serie de artículos dedicados a la basura cósmica sus orígenes, sus efectos y lo que puede representar en nuestro futuro.
Los escombros o basura cósmica rodean nuestro planeta desde que la humanidad comenzó a lanzar objetos al espacio.
Trataré entonces en los artículos de esta sección de cosas en la órbita; lo útil, lo inútil, lo peligroso, lo legal, lo ilegal, lo que recordamos y lo que hemos olvidado. He recogido la información de diversas fuentes, de la prensa, la radio, internet, etc. Si no las cito es para no complicar la lectura, así que les traigo no solo mi opinión sino también la de múltiples personas que han comentado al efecto y a los que les estoy agradecido.
El entorno espacial cercano a la Tierra es también parte del medioambiente y una parte importante que debe ser preservada para el futuro si no, no serán posibles los vuelos espaciales como anuncia el llamado síndrome de Kessler, que plantea el final de la posibilidad de vuelos espaciales para el año 2055 si seguimos incrementando la basura cósmica alrededor de la Tierra.
También se perderían los servicios basados en el uso de satélites como el GPS, las telecomunicaciones, la telefonía móvil mundial, los satélites de prospección geológica, los satélite meteorológicos y claro está los vuelos tripulados.
Pero ¿Qué es lo que hay en órbita a lo que se le pueda llamar basura espacial o cósmica y que pueda representar una amenaza tan grande?
Se le llama basura, escombros o chatarra espacial a cualquier objeto artificial sin utilidad ni control que orbita la Tierra. Se compone de cosas tan variadas como pedazos grandes de cohetes y satélites viejos, restos de explosiones, desechos vertidos al espacio o restos de componentes de cohetes como polvo y pequeñas partículas de pintura.
La basura espacial se ha convertido en una preocupación cada vez mayor en estos últimos años, puesto que las colisiones a velocidades orbitales pueden ser muy perjudiciales para los satélites en funcionamiento y pueden también producir aún más basura espacial en un proceso llamado cascada de ablación y su última consecuencia el ya mencionado Síndrome de Kessler al cual dedicaremos un artículo de esta serie.
La Estación Espacial Internacional y algunas de las nuevas naves espaciales poseen algunas partes blindadas para atenuar los daños debido a este peligro.
Pese al pequeño tamaño de la mayor parte de los fragmentos, las grandes velocidades con que se desplazan, (del orden de decenas de miles de kilómetros por hora), los convierten en una seria amenaza para cualquier misión que pueda ser efectuada en un futuro próximo.
Desde hace tiempo, han venido ocurriendo colisiones en la órbita terrestre por culpa de la basura espacial. Estas colisiones se irán multiplicando y, a la vez, aumentarán los objetos peligrosos en órbita. La progresión matemática calculada en principio por los expertos suponía más de 18 choques al año para dentro de dos siglos pero parece que esta cifra es muy reservada a la luz de los nuevos sucesos.
La primera maniobra oficial de la lanzadera espacial para evitar una colisión fue en septiembre de 1991 cuando se realizó un encendido del sistema de control durante 7 segundos para evitar un posible encuentro con restos del satélite Cosmos 955 de la URSS.
En 1993, la primera misión de mantenimiento al telescopio espacial Hubble encontró un orificio de más de 1 cm de diámetro en una antena de alta ganancia.
En julio de 1996, el Cerise, un satélite de reconocimiento militar francés, recibió un impacto muy dañino, de un fragmento de la fase superior de un cohete Ariane; una sección de 4,2 metros del mástil de estabilización por gradiente de gravedad del Cerise quedó destruida.
Otra colisión notable ocurrió el 10 de febrero de 2009 cuando chocaron el satélite de comunicaciones norteamericano Iridium 33 que había sido lanzado desde Baykonur el 14 se septiembre de 1997, y el satélite ruso de comunicaciones Cosmos 2251 que había sido lanzado cuatro años antes, desde el mismo lugar, el 16 de junio de 1993.
Hacer frente a este problema es complicado y costoso, según reconocen los expertos. por lo que sería necesario idear nuevos métodos para solucionarlos.
Entre las nuevas medidas preventivas para evitar riesgos se encuentran:
• Estudio y medición de las dimensiones de los objetos en órbita mediante telescopios ópticos y radar.
• Intención de reducir el número de objetos que puedan convertirse en basura espacial.
• Establecimiento de acuerdos y normas internacionales.
En órbita alrededor de la tierra hay muchos objetos útiles, en funciones específicas, de los que se conoce su trayectoria y se tienen en cuenta cuando se realizan nuevos lanzamientos.
También hay objetos inútiles que aún siguen en órbita, como partes de misiones que aún no se han desintegrado con el roce de la atmósfera, o porque dejaron de funcionar y siguen en su viaje por inercia, a veces a 10 000 km/h, muchos de ellos se pueden transformar en un peligro para la navegación orbital. También hay objetos que se lanzaron sin el consentimiento de otras naciones, como los satélites espías, algunos de estos se destruyen cuando son descubiertos causando también desechos, otras veces se cierran misiones de exploración espacial o se quedan sin presupuesto como ocurrió con varios programas espaciales al desaparecer la URSS y hoy no se sabe por dónde andan esas naves.
Fuentes de basura cósmica hay muchas, pero formas de solucionar el problema que representan hay pocas.
En nuestro próximo artículo de “Peligro en la órbita”: ¿Qué se manda al espacio?
Galería de Imágenes
Comentarios