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Participación de las mujeres en las actividades no estatales

26 de julio de 2013

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Actividad diferente a las tradicionales para las féminas

Además del incremento de las actividades para realizarse como trabajo por cuenta propia, en el país se han autorizado el establecimiento de cooperativas no agropecuarias. La experiencia existente en los últimos tiempos, de cooperativas agropecuarias se ha dado a través de la Cooperativas de Producción Agropecuaria, las cooperativas de Crédito y Servicio, así como las Unidades Básicas de Producción Cooperativa.

Las nuevas cooperativas que van a funcionar responden a otras actividades como los mercados agropecuarios, el transporte, la construcción y la recogida de desechos sólidos.

Ello implica una nueva forma de producir, de vender y realizar otros servicios, así como desarrollar nuevas formas de participación, de autogestión, de relaciones de horizontalidad, desarrollo de la propiedad colectiva, sentido de pertenencia y de compromiso, la capacitación, la educación en cuanto a la gestión empresarial y sobre todo la primacía de la persona ante el capital.

Entre los antecedentes de las cooperativas no agropecuarias en el Centro Histórico de La Habana Vieja, pueden mencionarse las hermandades. Estas constituían un tipo de asociación existente en el período colonial, de personas según el oficio que desarrollaban. La Oficina del Historiador de la ciudad, siguiendo los objetivos de impulsar el desarrollo social y rescatar las tradiciones, estimuló la creación de la Hermandad de Bordadoras y Tejedoras de Belén, la Hermandad de Zapateros y la Hermandad de Plateros. Además de producir bienes y servicios propiciaron la creación de relaciones de solidaridad entre sus miembros.

En la actualidad, dando cumplimiento a los Lineamientos de la política económica y social de la Revolución,  con respecto a la creación de cooperativas no agropecuarias, la Oficina del Historiador tiene en perspectivas la creación de cooperativas en actividades vinculadas a la rehabilitación del patrimonio histórico y cultural. Entre ellas se encuentran el trabajo con vidrio y de herrería.

Ambas actividades funcionarían a partir de la disposición de egresados de la Escuela taller Gaspar Melchor de Jovellanos, entidad que los forma como obreros calificados en oficios necesarios para la restauración y que desde el proceso formativo son incorporados a las obras de rehabilitación del Centro Histórico.

Una de las cooperativas propuestas está formada por mujeres, que además son jóvenes.

Un elemento a destacar es que se desempeñarán en una actividad diferente a las tradicionales para las féminas. Estas muchachas ya cuentan con una sede para su trabajo.

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