Para fumadores
28 de septiembre de 2018
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Tantos y tantos fumadores quieren “dejar el vicio” y en todos los casos explican que no lo hacen “porque no pueden”, y además cada cual tiene diferentes justificaciones que van desde “no tengo fuerza de voluntad”, “fumar me relaja”, y si conocen los daños a la salud, los cuales pueden ser mortales como el cáncer, salen otras justificaciones como “mi tío fumó toda la vida y se murió con 100 años y fulanita que nunca fumó murió de cáncer de pulmón muy joven”. Lo cierto es que efectivamente es muy difícil dejar de fumar y me incluyo en ese grupo, ya que fumé durante años y me daba y le daba a los demás las mismas explicaciones y justificaciones que el resto de las personas, y ni la certeza de lo peligroso para la salud, ni la muerte de personas conocidas como consecuencia del hábito, me ayudaban a hacerme cargo de la situación y decidirme.
Entonces, me di cuenta de que cada persona tiene que encontrar sus propias motivaciones para tomar la decisión, y en mi caso encontré dos motivaciones: la primera es que no quería oler a cigarrillo, ya que varias personas cercanas y que me quieren, me dijeron que les era desagradable sentir ese olor, y segunda razón (que en verdad fue la primera) que iba a tener una nieta que viviría conmigo, todo lo cual me dio la fuerza suficiente para atravesar por el difícil y angustiante proceso de dejar el cigarrillo, y logré el éxito.
La historia personal tiene la intención de ilustrar otra vez más la utilidad del alfabetismo emocional, porque las emociones negativas acompañan todo el proceso de la toma de decisión y más aún de deshabituación, y manejarlas es fundamental. En particular hay una que es la motivación del logro que significa que es orientar la conducta para lograr criterios de excelencia, que traducido a esta situación en particular quiere decir que hay que actuar dirigiéndose hacia una meta muy positiva, porque la eliminación de conductas adictivas es una forma de lograr la excelencia, ya que los resultados son altamente favorables.
En muchos países existen grupos terapéuticos para la cesación tabáquica y en Cuba en particular los centros de atención primaria tienen un sistema muy bien organizado en las que se identifican las personas fumadoras de la comunidad y se les ofrece la posibilidad de participar en sesiones de intervenciones psicoeducativa que enseñan y los instruyen de recursos para abandonar el hábito, pero el primer requisito para que esta ayuda funcione es cada persona esté decida, o sea, tenga motivación para lograr el éxito.
Para los que me leen y son fumadores les voy a decir algo que los va a ayudar a saber más al respecto y puedan autoclasificarse en qué etapa se encuentran y puedan tomar al acción y el control de su vida en cuanto al fumar. Prochaska al respecto define que existen las siguientes etapas, comenzando con la pre-contemplación que es cuando los fumadores no conocen o no consideran tener una adicción o no vislumbran la posibilidad de dejar de fumar en un horizonte menor de 6 meses. Después viene la etapa de contemplación que es cuando los fumadores reconocen tener problemas físicos y psíquicos a causa de la adicción y quieren dejar de fumar, pero se encuentran ambivalentes ante la decisión de cambiar y no están listos para tomar la decisión de abandonar esta adición en el próximo mes, aunque ven posible a hacerlo en los próximos 6 meses. Después se pasa a la preparación que se caracteriza porque la ambivalencia se va transformando en determinación y están dispuestos a poner una fecha para dejar de fumar en los próximos 30 días. A continuación ya comienza la etapa de acción, cuando deja de fumar y se extiende por los siguientes 6 meses en la que el fumador aprende a vivir sin fumar, modifica sus patrones de conducta en torno al consumo y trabaja activamente en la recuperación de su adicción. Pero todavía continúa con la etapa de mantenimiento, o sea, la persona no fuma, aunque puede tener la tentación o deseos de fumar y debe identificar esas situaciones y prepararse para enfrentarlas a fin de evitar las recaídas, como puede ser asistir a lugares donde hay fumadores. Después se pasa a la terminación que es cuando ya la persona sabe enfrentar las tentaciones, pasando a la finalización, donde no se tienen deseos ni tentación de fumar luego de un tiempo de haber abandonado el tabaco.
Lamentablemente, también puede haber otra fase que es la recaída y es cuando el fumador vuelve a fumar, lo cual es común en todas las adicciones y entonces tendrán que volver a algunas de las etapas previas para recorrerlas nuevamente. Veo personas que dicen que fumar es su vida, que no hay nada más agradable que encender un cigarrillo, pero a esos les digo que es que no conocen mucho sobre los placeres no adictivos de la vida y que necesitan aprender a entender y manejar sus emociones.
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