Panteón de la familia Pérez de Urría
12 de abril de 2013
|Panteón de la familia Pérez de Urría
Cementerio de Colón
Zona de monumentos de primera
El panteón de la familia Pérez de Urría fue realizado por el escultor italiano Pietro de costa en 1875. En este reposan los restos de la señora Doña María Josefa Pérez de Urría y su esposo Don Ignacio de Mendiola. La primera fue hija de Doña María de las Mercedes de la Cuesta y González-Larrinaga, para quien se creó el Marquesado de Valero de Urría por la Reina de España Isabel II en el año 1852. La línea familiar de los Pérez de Urría se estableció en La Habana a finales del siglo XVIII, procedentes de Castilla. El monumento, de notable valor artístico hace referencia al rango de sus moradores en su sencillez y magnificencia, quienes reposan eternamente custodiados por un ángel guardián del descanso eterno y la paz.
En el panteón reza la inscripción en latín que dice: El cielo llama a la buena esposa de Ignacio. Está consagrado a la referida señora María Josefa Pérez de Urría, cuyo nombre se lee en francés. A sus pies yace el señor Don Ignacio de Mendiola, una lápida señala el sepulcro, donde consta: fallecido en París en el año 1909. Afirman los estudiosos en el tema que era común en la época que el esposo descansara a los pies de su amada.
Custodia el panteón escalonado y construido en mármol, una talla artística de gran valor y belleza, un ángel o Querubín que porta una antorcha invertida, que manifiesta duelo, el término de la vida, el reposo eterno y la paz. El Fune o antorcha invertida remonta su origen a las antorchas que portaban los cristianos primitivos al entrar en las catacumbas para realizar cultos e inhumaciones. Los ángeles se representan como guerreros o mensajeros del cielo y como guardianes de la inocencia y la justicia. En este caso se encuentra sentado frente a un féretro cubierto por un manto fúnebre, de abundante decoración, soportado por patas de león y descansa sobre un basamento también decorado con motivos alegóricos al término de la vida; en el basamento se observa abierto el lugar que indica el descenso a la tumba del fallecido. El acceso al panteón se encuentra protegido por una baranda también de mármol.
De notable elegancia y valor, este monumento funerario suele ser una clara evocación al descanso eterno de los muertos, exaltando en su delicadeza el rango de los sepultados. El nombre del escultor italiano que lo ejecutó, Pietro Costa, nació en Génova en 1849 y murió en Roma entre 1898 y 1901. Hizo varias esculturas de mármol de Carrara en América Latina, entre ellas las más notables son las del general Mariano Moreno en La Paz, Bolivia, y la de Francisco de Paula Santander en Bogotá, Colombia. Tomando en cuenta las fechas en que desarrolló sus más notables trabajos, se afirma que es posible que haya realizado esta escultura en 1875.
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