Omar Linares, el “Niño” de la pelota cubana
3 de abril de 2015
|Sus cuadrangulares con el uniforme de Vegueros o Pinar del Río y su extraño swing fueron pesadillas para todas las selecciones que lo enfrentaron a lo largo de 20 temporadas. Su temprano debut, a los 15 años, le hizo ganarse un apodo que lo acompañaría toda la vida: ya nunca más sería Omar a secas, sino “el Niño Linares”, el hijo del estelar Fidel Linares.
Fuera de Cuba el “Niño” por lo general siempre fue el pelotero más seguido. Nadie se atrevía a cuestionar su titularidad, ni su inamovible tercer puesto en la poderosa alineación cubana que maravilló al mundo del béisbol amateur en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado.
Escoger el momento más significativo en la trayectoria de una estrella deportiva siempre es una tarea compleja; pero del “Niño”, sin dudas, se recordará su heroica tarde del 2 de agosto de 1996, en el juego final de la Olimpiada de Atlanta. Ese día, los japoneses soñaban con derrotar a Cuba y durante cinco entradas el partido se mantuvo empatado. El “Niño” se encargó de terminar con las aspiraciones niponas y conectó tres cuadrangulares que dieron el segundo título olímpico a Cuba.
En Atlanta, Linares brilló como nunca: promedió para 476, con 8 jonrones y 16 impulsadas. Un rápido vistazo a la historia es concluyente: el “Niño” lidera a todos los bateadores en citas estivales con un average excepcional: 443, es segundo en jonrones, 13; tercero en impulsadas con 27 y primero en imparables, 51.
Después de Atlanta, el “Niño” siguió con sus elevados números. Gracias a su empuje, Pinar del Río ganó dos Series Nacionales de forma consecutiva: 1997 y 1998.
La entrada de los profesionales al mundo del béisbol internacional elevó la calidad de los torneos y Cuba tuvo muchos problemas en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, en 1999. El partido semifinal ante los locales era vital, porque solo el ganador aseguraba su clasificación a la próxima Olimpiada.
Los canadienses tomaron la delantera en el marcador y el desastre parecía inevitable; sin embargo, con dos corredores en circulación, el lanzador norteño cometió el error de colocar su envío en la zona alta y el “Niño” descargó todo su poder y puso definitivamente a Cuba delante, 3 a 2.
Luego vino la Olimpiada de Sídney y ese fue el comienzo del fin. La selección nacional cayó en la discusión del título frente a Estados Unidos y Linares, aunque promedió para 333, solo empujó dos carreras.
Un año más tarde, muchos cuestionaron la inclusión en la selección nacional del “Niño” Linares, así como de otros dos estelares: Antonio Pacheco y Orestes Kindelán; no obstante, la historia volvió a demostrar que ellos eran siempre necesarios y los batazos del trío le permitieron a Cuba ganar el fortísimo Campeonato Mundial, desarrollado en Taipéi de China.
Entonces, ante el asombro de todos, el “Niño”—junto a Pacheco, Kindelán, Germán Mesa y Luis Ulacia— anunció que se acogía al retiro. Tenía 34 años y pudo haber llegado a 500 cuadrangulares y ¿quién sabe? tal vez hasta 600. Su rendimiento había caído en las últimas campañas nacionales, pero muchos lo considerábamos un mal momento que, de seguro, él sabría sobreponerse.
El retiro de los escenarios cubano llevó al “Niño” a la Liga profesional japonesa, con los Dragones de Chunichi y allí no le fue bien. Quizás no pudo acostumbrarse al cambio. Lo cierto fue que su aventura asiática concluyó antes de lo esperado. Nunca más volvimos a verlo defender la tercera base en un terreno cubano.
En 2014, doce años después de su retiro, Omar “el Niño” Linares fue incluido en el refundado Museo y Salón de la Fama del béisbol cubano.
Estadísticas de Omar Linares Izquierdo en Series Nacionales
VB CA Hits AVE 2B 3B HRS CI
5962 1547 2195 368 327 54 404 1221
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