Odilio Urfé: Imagen y Memoria (I)

4 de marzo de 2016

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José Reyes Fortún

 

La trayectoria intelectual del maestro Odilio Urfé González (Madruga, 1921-La Habana, 1988) configura una vida de absoluta entrega a la música, a su estudio e investigación sistemática. Innumerables son las investigaciones, tanto nacionales como extranjeras, que reconocen las inevitables recurrencias al pensamiento musicológico del maestro Urfé, al que acuden con la seguridad del alto crédito que supo ganarse.
Hijo del afamado clarinetista danzonero José Urfé (1879-1957), quien contribuyó en principio a su formación musical, el joven Odilio continuó sus estudios de solfeo y teoría de la música con su madre, la profesora Leonor González, y algo después con la eminente alumna del maestro Hubert de Blanck (1856-1932) y destacada pianista cubana Josefa Pardiñas, quien le incentivó el interés definitivo por la instrucción y práctica del piano.
En 1931 junto a su hermano, el notable contrabajista Orestes Urfé (1922-1990), fundó una agrupación juvenil del formato instrumental conocido por charanga, a la que bautizaron como Orquesta Ideal y con la que amenizaron actividades bailables, trabajo que Odilio alternaba con sus estudios pre-académicos y presentaciones con la orquesta danzonera de su padre. Ese mismo año contribuyó a la organización del coro de la Iglesia Parroquial de Madruga, destino en el que desplegó no solo una destacada actividad directiva, sino que también, le permitió iniciar los primero pasos en el aprendizaje del órgano.
Entre los años 1934 y 1936, Odilio Urfé inicia los estudios simultáneos de la flauta, el violín, el contrabajo y el clarinete, bajo la orientación específica de su progenitor.
Por esos años escribe algunas piezas de concierto y una sonata para violín; para el piano compone varios nocturnos, baladas, polonesas, valses e impromptus.

 

 
Ya para el año 1937 y por encomienda de su hermano, el compositor, director de orquestas y Doctor en Pedagogía, José Esteban Urfé (1910-1979) Odilio entabla contactos directos con el insigne compositor Amadeo Roldán (1900-1939) y por exhortaciones de este, ingresa en el Conservatorio Municipal de Música de La Habana, plantel en los que amplia y consolida sus conocimientos musicales con la competente pedagoga María Luisa Chartrand.
Entre los años 1938 y 1947, Urfé alterna como flautista y pianista en la afamada orquesta danzonera de Cheo Belén Puig (1908-1971), en la que luego se mantuvo activo de forma permanente hasta el año 1950; a la vez que mantiene su lugar como pianista, en la Orquesta de Cámara del Conservatorio Municipal de Música.
En 1954 integra como pianista y flautista la afamada Orquesta Gris –bajo la dirección del notable pianista Armando Valdés Torres (1898-1955)– agrupación musical en la que consolida sus facultades como eminente músico danzonero.