Muestra del novísimo cine alemán en la Cinemateca de Cuba

27 de junio de 2014

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Luciano Castillo

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Alemania, Cine, Cuba, ICAIC, Muestra de Novísimo cine alemán

«¡El viejo cine ha muerto. Creemos en el nuevo!», proclamó el Manifiesto de Oberhausen, documento inaugural suscrito el 28 de febrero de 1962 por poco más de una veintena de cineastas. Compartían la vocación de estremecer las agrietadas estructuras de la cinematografía germana y la exigencia de un espacio en esa industria. A solo una década del inicio de la posguerra, nacía el Nuevo Cine Alemán colmado de una insólita libertad creativa. A casi medio siglo, otra generación toma el relevo. Ambas vertientes del cine germano contemporáneo convergen en la Muestra de Novísimo cine alemán que con la imprescindible colaboración de la Embajada de la República Federal de Alemania y el Instituto Goethe presentan el ICAIC y la Cinemateca de Cuba. Se exhibe desde el miércoles 25 al 30 de junio en el cine Charles Chaplin de esta capital.

Quienes concurren año tras año a la Muestra de Cine Alemán que programamos o la tradicional en medio del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, están conscientes del constante descubrimiento de una cinematografía que refleja en toda su complejidad la realidad de su país a través de la mirada plural de sus cineastas. Si unos prefieren hurgar en la contemporaneidad con toda profundidad, otros no descuidan revisar la historia desde el presente en busca de sus resonancias; no importa el género para aproximarse. Una tan novísima como heterogénea generación confluye en esta mirada panorámica a lo más sobresaliente de la producción fílmica anual.
Si se habló de un «novísimo cine alemán de los 90» por la renovadora irrupción de un colectivo tan numeroso como heterogéneo de realizadores, productores e intérpretes que con sus obras volvieron a situar a la cinematografía germana en uno de los primeros puestos del cine europeo, qué decir de la segunda década del siglo XXI. Hace ya tiempo que el público alemán retornó a las salas para apoyar a su cine por registrar sus inquietudes y conflictos.

Los realizadores de este ciclo pertenecen a las más recientes promociones: Frauke Finsterwalder presenta su primera cinta de ficción: Mundo tenebroso, en tanto que Bettina Blümmer dirigió Parque de vidrios, Jakob Lass es el de Love Steaks (premio Max Ophüls 2014 y del nuevo cine alemán en Munich) y de Christian Schwochow, se ha programado en calidad de estreno en Cuba su filme Occidente. Todos son creadores apenas conocidos que suscitan ya encomiásticas reseñas críticas en todas partes.
El suizo Markus Imboden estudió electricidad antes de matricular lengua alemana e historia en la Universidad de Zurich para ahora incursionar exitosamente detrás de la cámara en El hijo adoptivo (Der Verdingbub, 2011). Relata el conflicto de un huérfano adoptado por una familia de agricultores que lo maltratan, mientras que sus hermanastros lo humillan. En la ceremonia de entrega de los premios nacionales en Suiza (donde optó a seis estatuillas) los correspondientes al mejor actor y mejor actor de reparto fueron entregados a Max Hubacher y Stefan Kurt por sus actuaciones en esta coproducción con Alemania que permaneció bastante tiempo en exhibición por la afluencia de público. Más tarde fue distinguido como el mejor en concurso en el Festival de Giffoni, Italia.
Inauguró la muestra Oh Boy, una resonante opera prima de Jan Ole Gerster, quien dirige su atención hacia la incertidumbre de un adolescente que abandona los estudios. La cinta nació como proyecto de final de estudios del director en la Academia de Cine y TV Alemana (DFFB) y la crítica ha advertido en ella el influjo de Martin Scorsese y de Jim Jarmusch. A la pregunta sobre si el personaje central era heredero de los antihéroes de la nueva ola francesa, el cineasta respondió que no era su intención realizar homenajes nostálgicos, sino explicar su historia del modo que mejor veía para ella.
«¿Qué eso recuerda a obras de Truffaut o Godard? —declaró— Me alegro, claro, aunque no soy un genio como ellos. Lo que sí me haría gracia sería seguir a Niko, el protagonista, en otras películas al estilo de lo que hizo François Truffaut con Antoine Doinel. No descarto hacerlo. (…) Mi vida no es la de Niko, ni lo que él vive es lo que yo he vivido. Oh Boy es un filme personal, no confidencial o testimonial. Aún así confieso que quiero al personaje, que lo siento mío en términos de creación artística. Vivimos continuamente el alumbramiento de nuevas olas cinematográficas, tan parecidas entre ellas como genuinas e inimitables: está sucediendo ahora en Alemania,m en Asutria o, sobre todo, en Rumanía».
Oh Boy es uno de los más galardonados en los últimos tiempos: premio del jurado al mejor filme y distinción del público en el Festival de Tallin, mejor director en el de Bratislava y lauros a la mejor película, director, guión, actor principal, actor secundario y música en los patrocinados por la Academia de Cine Alemán. Los críticos de su país le confirieron los de mejor debutante y mejor película, entre otros galardones en certámenes de Munich, Oldenburg y Romy Gala (Austria). Figuró en tres categorías en los nominados a los premios del cine europeo: mejor filme, mejor actor (Schilling) y el premio Discovery of the Year, que finalmente obtuvo.
Una selección de obras tan diferentes entre sí desde cualquier ángulo confirma la certeza en la solidez y espíritu renovador del cine alemán contemporáneo. Estas seis películas incluidas en la Muestra de Cine Alemán son reveladoras de pujantes y heterogéneas personalidades. La pluralidad temática y estilística distingue a estos creadores signados por la originalidad y la capacidad de sorpresa.