Monumento a Francisco de Albear y Lara
16 de mayo de 2022
|Calle Monserrate entre Obispo y O’Reilly
El monumento erigido a la memoria del ingeniero militar Francisco de Albear y Lara, debe su autoría al reconocido escultor cubano José de Villalta y Saavedra. Se inauguró el 15 de abril de 1895, poco tiempo después de su muerte. Para su emplazamiento se eligió la plazuela de Monserrate, céntrico lugar que resaltaba el valor de la obra. El diseño del espacio se trazó a manera de un pequeño parque arbolado, con luminarias y mobiliario, recreándose los muros que delimitan el jardín a manera de bancos. Eugenio Sánchez de Fuentes, exaltó la obra por su admirable ejecución considerando que las esculturas fueron las de mejor acabado que tenía la ciudad.
En el acto de inauguración participaron autoridades civiles y militares, el alcalde de la ciudad, el Obispo y miembros de la Academia de Ciencias y de la Sociedad Económica de Amigos del País, junto a la población; todos rindieron homenaje a quien dio lo mejor de sí para sus conciudadanos, con la construcción del acueducto que lleva su nombre. A partir de entonces, este espacio se llamó plazuela de Albear.
El conjunto escultórico modelado en mármol blanco de Carrara, lo integran una fuente con varios surtidores, al centro se alza la figura del ingeniero militar a tamaño natural, de completo uniforme, inclinado sobre su cuaderno de notas con una pluma en la mano, junto a una dama que le ofrece un laurel y que representa a la ciudad. En las paredes del monumento una inscripción reconoce y dignifica la labor desempeñada por el ilustre ingeniero.
Francisco de Albear nació en el castillo de los Tres Reyes del Morro en 1816. Durante su vida ocupó importantes cargos en la isla. A su fecunda labor se debe el proyecto del acueducto habanero construido en la segunda mitad del XIX, que vino a suplir las carencias del preciado líquido que afectaba a los habitantes citadinos. Su magnífica obra obtuvo el Premio Especial en la Exposición de París de 1889 y figura entre las siete maravillas de la ingeniería cubana. Albear falleció el 23 de octubre de 1887, sin poder ver concluida su obra maestra.
El conjunto llama la atención de todo el que llega hasta aquí para acceder al corazón de la antigua ciudad. Periódicos trabajos de limpieza y restauración llevados a cabo por la Oficina del Historiador de la Ciudad, le han permitido su perdurabilidad.
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