Monumento a Francisco de Albear
16 de octubre de 2015
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Considerado uno de los más bellos de la capital, el monumento levantado a la memoria del ingeniero militar Francisco de Albear y Lara, obra del escultor cubano José de Villalta y Saavedra, quedó inaugurado un 15 de marzo de 1895, poco tiempo después de la muerte de Albear. Para su emplazamiento se buscó un espacio privilegiado en la ciudad, que se diseñó a manera de un pequeño parque, con arbolado y luminarias, los muros que delimitan el área de jardín, fueron construidos a modo de bancos, conformando a su vez el mobiliario del lugar.
El acto de inauguración estuvo a cargo del Ayuntamiento de La Habana y se reunió allí importante comitiva, el Alcalde y autoridades civiles y militares, el Obispo, miembros de la Academia de Ciencias y de la Sociedad Económica de Amigos del País. Por supuesto que no faltaron los vecinos cercanos, y habaneros todos que rindieron tributo de agradecimiento, a quien dio lo mejor de sí para sus conciudadanos. A partir de entonces este espacio se llamó plazuela de Albear.
El conjunto escultórico fue reconocido por Eugenio Sánchez de Fuentes, quien señaló que su ejecución había sido admirable, por ser las esculturas las de mejor acabado que tenía la ciudad.
Francisco de Albear nació en el Castillo de los Tres Reyes del Morro en 1816. Durante su vida ocupó importantes cargos en la Isla. A su fecunda labor se debe el proyecto del acueducto habanero que lleva su nombre –Acueducto de Albear–; tuvo a su cargo la dirección de los trabajos en el canal de abastecimiento de las agua de La Habana y de otras importantes obras urbanísticas. El acueducto, construido en la segunda mitad del XIX, vino a suplir las carencias del preciado líquido que afectó a los habitantes citadinos, magnífica obra que obtuvo el Premio Especial en la Exposición de París de 1889 y figura actualmente entre las siete maravillas de la ingeniería cubana, acueducto que dicho sea de paso, se mantiene en funcionamiento. Francisco de Albear falleció un día 23 de octubre de 1887.
El conjunto escultórico que conforma el monumento a Albear, se modeló en mármol blanco de Carrara y lo integran una fuente con varios surtidores, al centro de esta se alza la figura del ingeniero militar a tamaño natural, de completo uniforme, inclinado sobre su cuaderno de notas con una pluma en la mano, junto a una dama que le ofrece un laurel y que representa a la ciudad. En las paredes del monumento una inscripción reconoce y dignifica la labor desempeñada por el ilustre ingeniero.
El conjunto llama la atención de todo el que llega hasta aquí para acceder al corazón de la antigua ciudad. Periódicos trabajos de limpieza y restauración llevados a cabo por la Oficina del Historiador de la ciudad, han permitido mantener la dignidad de este sitio que rinde homenaje a quien entregó lo mejor de sí a su Isla.
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