Miguel Ángel Asturias
21 de agosto de 2019
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El escritor guatemalteco Miguel Angel Asturias arribó a La Habana el 25 de julio de 1959, y el propósito del autor de El señor presidente era permanecer en Cuba alrededor de 10 días.
Por la fecha de su arribo, fácil resulta colegir que era una de las personalidades invitadas a las conmemoraciones por el sexto aniversario del asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Consigo traía tres conferencias para impartir en el Palacio de Bellas Artes. Estas llevaron por título La novela americana: testimonio de nuestra época; Juan Ramón Molina, poeta gemelo de Rubén Darío, y Literatura en la América maya.
Autor además de varios libros excelentes, en Cuba se le conocía por sus Leyendas de Guatemala, que recogía la vida y cultura del pueblo maya, un volumen muy bien recibido en América, Francia y Europa toda.
Para el periódico Hoy, el visitante emitía opiniones de interés:
“En la América Latina, la novela ha tomado la delantera a todos las formas literarias. Hemos dejado de cantar y hemos empezado a contar. Estamos, pudiéramos decir, en el nacimiento de la novela auténticamente americana, la cual, dada la hora en que vivimos, está preocupada por los problemas sociales de nuestros pueblos”.
Miguel Ángel Asturias contaba entonces 60 años y estuvo acompañado por su esposa Blanca Mora. Ambos se alojaron en el Hotel Sevilla, y durante su estancia en Cuba comentó sobre sus planes en perspectiva, las reediciones de sus libros, los proyectos de artículos sobre sus días en La Habana y lo que veía de nuevo en el país, envuelto en incesante efervescencia revolucionaria.
Ocho años después alcanzó Miguel Ángel Asturias el Premio Nobel de Literatura, lauro que siempre lleva consigo una cierta dosis de sorpresa, aunque para el mundo hispanoamericano resultó una gratísima noticia al conocerse, y en particular para los cubanos, donde ha sido un autor leído y valorado en todo momento.
Nacido el 19 de octubre de 1899, los primeros pasos los dio en el terreno de la poesía, para más adelante tomar rumbo hacia la prosa y llegar a ser uno de los mejores representantes de ella en la lengua castellana.
Asturias murió el 9 de junio de 1974, a los 75 años. Fue el primer guatemalteco premiado con un Nobel, distinción conferida años más tarde a su compatriota Rigoberta Menchú, en el apartado correspondiente a los Nobel de la Paz.
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