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Miguel Aceves Mejía

14 de octubre de 2024

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Sombrero y traje de charro, mechón blanco a la altura de la frente, revólver a la cintura y voz bravía: he ahí el retrato del cantor mexicano Miguel Aceves Mejía, que fuera ídolo en su país y en Cuba, de manera muy especial, a mediados de los cincuenta.

Que recordemos, dos visitas hizo el charro a La Habana, en los años 1951 y 1958.

La primera, cuando su carrera despegaba no ya en México sino en Hispanoamérica. Se le escuchó en la radio y se le vio en la televisión, entonces todavía un suceso en el país.

Cuando regresó para cantar en el cabaret Sierra de La Habana durante los meses de marzo y abril de 1958, hizo el siguiente comentario al entrevistador del semanario Bohemia:

“¡Como ha crecido La Habana! Me parece mentira que en tan poco tiempo haya cambiado tanto”.

También narró acerca de sus comienzos:

“En mi familia el arte en todas sus manifestaciones viene a ser algo así como la propia raíz de existir.  Mis parientes más cercanos son compositores, intérpretes y hasta fabricantes de instrumentos”.

El artista contó acerca de su debut (entonces cantando boleros), de su paso rápido a la capital mexicana, y de cómo ya contaba con varios reconocimientos y un Premio Ariel con la canción Ya se va la embarcación. También de las películas en que había participado. Se le anunciaba como “uno de los artistas más populares del continente”.  Y era cierto.

Su éxito en Cuba —que ya había visto pasar y escuchado cantar a Jorge Negrete y a Pedro Infante— confirma que la aseveración no es exagerada.

El cantor murió a los 90 años, el 8 de noviembre de 2006. Se le llamó Rey del falsete y El falsete de oro y su carrera se prolongó por más de seis décadas, sin que sus interpretaciones dejaran de ser atractivas para sus admiradores ni para las casas discográficas, aunque aquí es importante establecer que siempre lo hizo, en condición de artista exclusivo, para la RCA Víctor.

Se afirma que grabó más de 1 000 canciones, entre ellas Malagueña, Yo tenía un chorro de voz, La del rebozo blanco, Vaya con Dios, El jinete, Ella, Cuatro Caminos, La que se fue, Camino de Guanajuato, Guitarras de media noche, El pastor, La barca de Guaymas, Serenata Huasteca, No volveré, Se me hizo fácil… Destacan también los duetos que hizo con Libertad Lamarque, Pedro Vargas y Marco Antonio Muñiz.

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