Mercedes Sosa

9 de noviembre de 2022

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Leonardo Depestre Catony

 

 

Mercedes Sosa cantó en Cuba cuando estaba proscrita en su Argentina, y regresó cuando ya el destierro forzoso se le había levantado y era reconocida como una de las voces auténticas de la canción rioplatense.

La prensa comentó abundantemente cada una de sus presentaciones en la mayor de las Antillas, porque su imagen la recogió la televisión para todos cuantos no la vieron en el teatro, de manera que Mercedes Sosa, la gran folclorista argentina, llegó a los hogares cubanos con su mensaje cálido y poético, comprometido de hecho y de palabra con textos que invitaban a la reflexión.

En la madurez de su carrera, pues nació en 1935 en San Miguel de Tucumán, le tocó enfrentar una etapa dura de la vida política en su país. Con motivo de su visita a Cuba a finales de 1981, se le escuchó afirmar:

“…Solo me doblego ante la cultura, la inteligencia, la bondad. Pero no ante el poder.”

Fue la etapa en que se la vio nostálgica, en que la voz brotó desgarrada pero firme. En su repertorio, entonces y después, se escucharon las palabras de Atahualpa Yupanqui, de Víctor Jara, de Violeta Parra, de Pablo Neruda y de varios poetas-compositores que enriquecieron el catálogo de la canción latinoamericana.

En ocasión de su arribo desde Buenos Aires para el estreno del filme Será posible el Sur, del realizador alemán Stefan Paul, dedicado a la vida de la artista, en diciembre de 1985, durante el VII Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, fue entrevistada para la revista Revolución y Cultura.

 

 

“El éxito –dijo entonces con su acostumbrada sencillez- es una meta por la que remamos tanto para llegar, y tiene algo de trampa. No rechazo la popularidad, ni al público que me acosa por la calle, o a la salida de un teatro, porque es una muestra de amor. Eso lo agradezco, pero me gustaría salir de cantar y que nadie me esperara, irme tranquilamente para mi casa y ser una trabajadora más del escenario, que dio todo cuando cantaba. ¿Sabes qué me molesta? Que me hagan firmar tantos autógrafos, porque me da vergüenza”.

En relación con su regreso a Argentina, de la cual salió en 1975 durante el régimen militar, declaró a la periodista Mayra Martínez: “Yo estoy feliz, ahora, por vivir en mi tierra”.

Recreadora de ritmos como chacareras, zambas y guajiras, cantora de tangos, intérprete inolvidable de composiciones entre las que se cuentan Gracias  a la vida, Serenata para la tierra de uno, Como un pájaro libre y muchas más, Mercedes Sosa fue una artista en continuo reto consigo misma. Murió en octubre de 2009, a los 74 años.