Mercedes Simone

26 de abril de 2017

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Leonardo Depestre Catony

 

 

Quizá la mejor prueba de lo que significó para Cuba su visita y para el tango su voz, nos la dé este ejemplo: la fotografía de la cantante argentina Mercedes Simone ocupa la totalidad de la portada de la revista Bohemia en su edición del 20 de agosto de 1939, donde se lee: “Genial intérprete del tango que acaba de llegar a La Habana contratada por la Cadena Crusellas”.

Muy bella, morocha (La “Negra” Simone le llamaron), cuando Mercedes llegó tenía 35 años y se conocían algunas de sus películas: Tango, de 1933; Sombras porteñas, 1936, La vuelta de Rocha, 1937, en particular la primera, que probó sus condiciones para afrontar el cine sonoro en un filme musical con las presencia de numerosos artistas en el esplendor de sus carreras como cantantes.

Llegada para actuaciones radiofónicas, la prensa habanera y la Compañía Crusellas le ofrecieron de inmediato un cocktail homenaje en el Club Jabón Candado. “Mercedes Simone personifica la emoción del tango. Con la expresión de sus grandes ojos negros y el temblor de sus labios, cantando los más hondos cariños, enternece y subyuga, demostrando una sensibilidad única, que siempre va derecho al corazón”, escribe el cronista Germinal Barral en Bohemia del 27 de agosto. El mismo periodista la entrevista y a él declara:

“En el trayecto del muelle aquí, al hotel [se trata del Royal Palm, en las esquinas de San Rafael e Industria], he podido admirar el Malecón, el Prado y algunos edificios. Sobre todo, una cosa que resalta y admira: la limpieza. La Habana es una ciudad limpia (…) En cuanto a las personas que he conocido, personalidades del gobierno, de la prensa y de instituciones del arte, puedo adelantarle que estoy encantada (…) Cuba quedará imborrable en mi retina, y su público en mi corazón”.

Sus actuaciones ante el micrófono de CMQ para los oyentes de la Cadena Crusellas confirmaron el éxito de la artista y las excelencias de su voz. De La Habana partió para continuar su jira, que incluiría México, Colombia, Perú, Chile y por último el regreso a Argentina.

Además de cantar, compuso temas musicales, el más universalizado, Cantando. Después de su visita a La Habana filmó las películas Ambición y La otra y yo, entre algunas más.

Murió en Buenos Aires, el 2 de octubre de 1990.