Martí saluda el Año Nuevo (I)
17 de enero de 2025
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El 5 de enero de 1894 Martí publicó en el periódico Patria un escrito titulado “El año nuevo”. Este ha sido un texto que hasta el momento nunca he encontrado citado en trabajo alguno acerca de su obra escrita, algo que se repite con otros de sus textos ante la enorme producción del Maestro. En su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano y de director de Patria él aprovechó la circunstancia del inicio de aquel año, que marcaría la maduración de los preparativos para reiniciar la lucha por la independencia de la patria, para fijar puntos claves del singular proyecto liberador del colonialismo español. Este texto es, pues, una reflexión más para los patriotas cubanos acerca de las características de Cuba libre.
“El año nuevo” consta de cinco párrafos. Por ser poco referido, su importancia en el campo de las ideas y de la política, y por la admirable prosa de aquel Martí ya en plena madurez como comunicador lo comentaré en varias Apostillas. Esta se centrará en los dos primeros párrafos. El inicial plantea lo que significa ese inicio de 1894 para los cubanos, más allá de la tradición de festejos con que era habitualmente recibido. Comienza así: “Nada es en la verdad de la vida, un año que acaba, ni otro que empieza; pero el hombre desconfiado de sí y como perdido en el choque continuo y tremendo de las corrientes humanas , en el choque trágico e inevitable del egoísmo desidioso y la abnegación activa, que es. a fin de cuentas, la historia toda del mundo, gusta y necesita de detenerse de vez en cuando en el camino para limpiarse del rostro la sangre y el sudor, y volver al cielo los ojos de su esperanza. Ve el martirio de la injusticia, y la y las complicidades de la infamia. Ve las desvergüenzas del odio, de la envidia y de la cobardía. Ve la ira del deseo, mezquino e impotente, contra la acción, difícil y viril. Ve las bajezas de este mundo, retorciéndose, como los condenados de las leyendas del infierno, con las manos de púa y y los ojos parricidas, al resplandor inesperado de la luz triunfante. Ve el apego de la humanidad a la podredumbe cómoda, y a la libertad que no cuesta más que el ejercicio de la lengua y el despego de la mayoría humana a la actividad y el sacrificio.”
Es evidente un hondo matiz filosófico, de basamento moral, en este análisis martiano acerca de la conducta humana. Y así lo resalta en las líneas finales de este primer párrafo cuando dice: “Cada hombre se mide con la inmensidad que se le opone; mídese cada virtud, desnuda y sin más fuerza que las de la piedad desheredada, con la suma hostil de complacencias tímidas o de egoísmos inertes. Y desesperado cada cual de sí propio, todo lo fía, con la superstición de lo desconocido, al azar del año nuevo.” La estructura del escrito martiano salta de inmediato, con el énfasis que le otorgan las admiraciones, a su idea central, a la que dedicará el resto del texto: “¡Para un pueblo esclavo no hay más año nuevo que el que se abra con la fuerza de sus brazos por entre las filas de sus enemigos: el primer día de año nuevo será el primer combate por nuestra libertad! Es clara la referencia a la guerra cuando emplea esas palabras de abrirse paso entre las filas de los enemigos y al relacionar el año nuevo, día de festejos, como el primer combate, obviamente, por la libertad de Cuba.
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