Martí comparte su concepto de hombre
3 de marzo de 2023
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Una parte de las ideas martianas en torno a cómo alcanzar una humanidad mejor y potenciar las cualidades positivas del hombre fueron expresadas por el cubano en cartas a varios amigos cercanos. Lamentablemente, como se ha conservado una muy escasa cantidad de la correspondencia recibida por el Maestro no disponemos del as reacciones, si es que las hubo, de quienes recibieron sus epístolas con los juicios acerca de este tema, sin duda alguna, de la altísima importancia para su vida y para su actuar.
En una carta al cubano Nicolás Domínguez Cowan, emigrado en Veracruz, México, del 1º. de enero de 1877, Martí le señala lo siguiente: “…los hombres generosos han de encontrarse muchas veces con los hombres agradecidos.” Quién sabe si en lo inmediato el remitente aludía así a la conducta patriótica de aquel abogado de que contribuía desde su peculio con la lucha independentista y continuó haciéndolo con el Partido Revolucionario Cubano. De ser así, ello no disminuye el alcance ético de la afirmación martiana: generosidad y agradecimiento van de la mano, como dos caras de una misma moneda de servicio humanista.
En una de sus primeras cartas a Manuel Mercado, de igual fecha que la anterior, le señala: “El hombre se hace inmenso contemplando la inmensidad.” ¿Reflejaría así para el amigo mexicano la impresión que le dejara volver a cruzar, ahora en dirección al mar, por las imponentes montañas que separan al valle de México de la costa y que habían sido, dos años antes, su encuentro con la imponente naturaleza de su tierra latinoamericana? ¿Expresaría entonces sus especiales criterios y sentimientos ante la relación entre el hombre y la naturaleza vividas por él durante tales travesías? Pareciera que ya se iban formando en él ideas que escribiría años adelante acerca de esa imprescindible y necesaria relación de intercambio amistoso entre hombre y naturaleza, creciente y peligrosamente afectada por la modernidad?
En esa dirección encontramos que en un texto de 1883 escribió: “Dos madres tienen los hombres: la Naturaleza y las circunstancias…” Y el 1º de abril de 1895, en camino de Montecristi a Cabo Haitiano para incorporarse a la guerra de Cuba, ante el paisaje de aquella isla compartida entre Haití y República Dominicana, estampó en su diario: “El hombre asciende a su plena beldad en el silencio de la naturaleza.”
En una carta al español Valerio Pujol, director y dueño del periódico El Progreso, de Guatemala, datada el 29 de abril de 1877, comenta: “…mientras más trabas rompe el hombre, más cerca está de la divinidad germinadora.” Sabemos que Dios para el Maestro, incluso desde el cristianismo, era la idea del bien, luego romper trabas que estorbaban la expresión de la condición humana, era para él una forma de acercarse a esa concepción moral de la divinidad.”
Al ver estas ideas en esas cartas, nos percatamos acerca de cómo Martí compartía con amigos esa relación imprescindible del hombre, de la persona, con la naturaleza y con la divinidad, por cierto, dos entidades no muy distantes en su concepción filosófica.
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